[vc_row][vc_column][vc_column_text]De loco, drogado y borracho no bajan sus familiares a Fernando Guillen Sosa, de 27 años, quien hace unos días dijo que iría al cementerio de Muna, lugar donde reside, a desenterrar un muerto.
Los familiares pensaron que una más de sus puntadas de “marihuano”, pero luego cambiaron de opinión al descubrir que el sujeto tenía en su cuarto un cráneo humano que aún conserva rastros de tierra.
El hallazgo se hizo de una manera hasta cierto punto fortuita, pues intervino la Policía luego de que Fernando “surtió” con unos buenos golpes a su esposa la noche del martes.
Los policías llegaron a un predio de la calle 16 entre 23 y 25, pero el sujeto ya se había escondido. Sin embargo, se acercó Paula Sosa Domínguez e informó que el individuo había agredido física y verbalmente a su abuela Úrsula Domínguez Farfán, de 67 años.
Se les informó que Fernando se refugió en su domicilio y los agentes lograron entrar mediante autorización de Raúl Guillén Durán, de 56 años y padre del agresor, pero del sujeto ya no había rastro.
Durante una revisión al cuarto del Guillén Sosa se descubrió que en el piso había un cráneo humano con residuos de tierra.
Y fue cuando a los parientes les cayó el veinte de que Fernando, efectivamente, fue a desenterrar un muerto.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]