El cono sur del Estado tiene las mejores tierras para el cultivo y producción de marihuana, actividad que iniciaría a finales de 2022 o en 2023, tras la autorización correspondiente por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), reveló el representante de Enlace Cannábico Yucatán, Alberto Centeno García.
Actualmente, a los productores de esta región compran un kilo de la flor de cannabis, al mes, con un costo de hasta seis mil pesos, la cual es transportado a diversas poblaciones para su transformación en cremas faciales, así en ungüentos para dolores, lubricantes sexuales, y con fines homeopáticos.
Por lo pronto, ya se tiene siete marcas homeopáticas y cosmetológicas, las cuales ya se comercializan en el mercado local. En breve obtendrían shampoo y jabón, entre otros productos.
En la vespertina conferencia de prensa señaló desde 2013 que se traía flor de cannabis desde el centro del país, y detectaron que había producción en el cono sur.
Hoy en día compran la flor a los productores de milpa, los cuales “son personas que siempre lo han hecho pero que no tenían esa visión de volverse empresarios ni de emprendimiento”.
Sin especificar el poblado donde adquiere la respectiva flor, comentó que a los productores se les presentó la propuesta y están interesados en participar, sobre todo, al saber de la legalización del cultivo de la marihuana.
También se constató que en otras comunidades del sur de la entidad tienen parcelas experimentales, con hasta ocho plantas en el patio de sus casas, “las tienen para aprender”.
Al mes, a los productores del cono sur les compran un kilo de flor de cannabis, y el costo en la temporada correspondiente de marzo a septiembre es de cuatro mil a seis mil, pero de octubre a febrero le suben el precio.
“La intención no es revender la flor de cannabis, es entregarla a las comunidades, quienes la transforman en pomadas, como en Ixil”, subrayó.
El entrevistado abundó sobre el avance de la regulación cannábica en México y añadió que ofrecen talleres en diversos municipios, buscando los sitios de producción y/o transformación.
Hasta el momento, han visitado 37 comunidades, de las cuales, en ocho hay un gran potencial, pero empezarían en Ixil, Motul y Peto.
Al entrar en vigor la Ley General de Salud en materia de Control Sanitario para la producción, investigación y uso medicinal de la cannabis y sus derivados farmacológicos, a finales de 2022 o en 2023 se tendrían las plantaciones legales, con el establecimiento de cooperativas, empresas y unidades de producción rural.
Explicó que primeramente, “la regulación se abriría para la importación de productos terminados o de concentrados para trabajarlos en productos terminados, de último sería la producción de plantas, que es lo más complicado y de mayor riesgo”, acotó.
La transformación del producto sería en tres comunidades, tal el caso de Ixil, Motul y Peto, pero en el cono sur habrían cooperativas integrales, ya que tienen las mejores tierras para producir, enfatizó.
La flor del cono sur se mandaría a la zona henequenera o costera, donde el suelo no es bueno, para transformarlo y luego vender el producto en centros urbanos como Valladolid, Tizimín y Mérida.
“No queremos vender suplementos o medicamentos, ya que son otro tipo de empresas las requeridas para ello”, reconoció.