[vc_row][vc_column][vc_column_text]Grecia Sosa se esconde detrás de unos anteojos que le tapan la mitad de la cara. Tampoco se puede ver su cabello, debajo de un pañuelo. Dice que tiene miedo, que nadie la escucha ni le hace caso y, sobre todo, que se siente invisible.
Tiene dos números de denuncias: la 050/2016 y 016/2017 las dos interpuestas ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey) y la 51/323/2015, ante la Fiscalía General del Estado. Las tres son por “abuso sexual y agresión física”, de la que fue víctima en 2014 de manos de Héctor Omar Trivellari, argentino naturalizado mexicano.
Grecia explica que de ninguna institución a la que se presentó con su caso ha recibido respuesta. Grecia es transgénero y estuvo entre los activistas que presentaron una solicitud para que el titular de la Codhey, José Enrique Goff Aillud, no sea aprobado como vicefiscal anticorrupción en Yucatán, debido a su mala actuación al frente de la Comisión de Derechos Humanos de Yucatán.
En 2003 conoció a su agresor, para aquel entonces era sólo un conocido en su vida a quien volvió a ver en 2009. En 2014 se reencontraron, Héctor está casado y con hijos, pero Grecia asegura que es homosexual. En ese momento ella se sentía mal emocionalmente y Héctor la invitó a su casa (su familia no estaba). Cenaron en algunas ocasiones, todo estuvo bien y Grecia sentía que la escuchaba y hasta la “terapeaba”, ya que ella no se sentía bien anímicamente.
Sin embargo la última vez que se vieron en su casa, Héctor se puso agresivo, abusó de ella, la golpeó en repetidas veces y le estropeó la cara. Hoy día Grecia dice que ella no es ella, que quedó tan desfigurada que le hizo falta someterse a cirugías reconstructivas. También asiste a terapia psicológica.
Asimismo explica que fue “maltratada” por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (Ceav) que, en lugar de velar por su seguridad, la expuso en la colonia donde vive con el nombre y apellido que figura en su credencial del INE y otros documentos oficiales, cuando los vecinos no sabían que nació como hombre. Esto los confundió y hoy día la maltratan y se burlan de ella.
¿Y el agresor? Le preguntamos. “Vive en Mérida y está libre”, sentencia Grecia. Su caso es la primera denuncia registrada en Yucatán a un transgénero. Y sin respuesta.- CGO.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]