[vc_row][vc_column][vc_column_text]Este sábado 30 de septiembre se desarrolló el proyecto de rescate integral del cenote ubicado en la plaza central de la cabecera municipal de Chankom, Yucatán. Participaron alrededor de 70 personas ,entre colaboradores de la fundación Bepensa, un grupo de observadores de aves del poblado, un grupo espeleológico Ajau, habitantes del municipio e integrantes de la Expedición Grosjean.
Luego de un intenso trabajo, que dio inicio a las 07:30 horas y culminó ya por la tarde, alrededor de las 17: 00 horas, se lograron recolectar aproximadamente ocho metros cúbicos de basura, que equivalen a 700 kilos y fueron extraídos del cenote (500 kilos) y de su periferia (200 kilos).
Este proyecto detonó gracias al apoyo y propuesta de la Fundación Bepensa; así como por los recursos provenientes del programa de redondeo de Dunosusa en el mes de julio; gracias a que compañía también ha sumado a la preservación y cuidado del agua.
Al despuntar el alba, especialistas establecieron un sistema de poleas y cuerdas que sirvieron para el descenso de los buzos y colaboradores al interior del cuerpo de agua; ya que esta maravillosa formación, catalogada como un cenote abierto, posee un tiro libre de 20 metros que va de la superficie al espejo del agua y tiene una profundidad de alrededor de 34 metros. Interesante mencionar que, según los pobladores, este cenote nunca había sido explorado.
Por otro lado, el proyecto fue diseñado no sólo para extraer residuos sólidos, ya que mientras los buzos colmaban bolsas con la basura que extraían de las profundidades, 38 Voluntarios Bepensa, acompañados de su líder Fernando Ponce Díaz, quien presidente de la fundación, recolectaron latas, botellas y plásticos esparcidos por el parque central donde se ubica el cenote. De igual forma, se sembraron 60 árboles de la región, que fueron donados por la Fundación Bepensa. Cabe destacar que colaboradores, a quienes se les sumaron motivados pobladores, apoyaron en la labor de sacar los residuos sólidos del cenote. Los materiales extraídos fueron plásticos, botellas, vidrio, metales y otros sólidos.
A tiempo que se realizaban estas actividades, el grupo local de observación de pájaros y cuidado de naturaleza, denominado Jay, realizó actividades con los niños de la comunidad, las cuales consistieron en pláticas de sensibilización y del cuidado del medio ambiente, así como sobre el avistamiento de aves. Como actividad previa a este último punto, se les ofreció una plática del tema, para luego culminar con la observación de pájaros que arriban al sitio, con ayuda de binoculares.
De igual forma, el grupo espeleológico Ajau, con el apoyo de su fundador el maestro Carlos Evia Cervantes, se dio a la tarea de realizar actividades de concientización con los niños, ya que ellos, como el resto del equipo, están convencidos que a los infantes hay que sensibilizarlos en cuanto al cuidado del medio ambiente y la preservación de agua y cenote. Esta actividad concluyó con la ejecución de pequeñas y bellas pinturas que los niños ejecutaron con mucho empeño y con materiales donados por este grupo espeleológico.
Finalmente resultó interesante que, al momento del acomodo de los residuos sólidos, muchos de estos infantes por propia iniciativa se acercaron a los colaboradores y especialistas para ayudar a cargar las bolsas que contenían los desechos que fueron extraídos de esta emblemática formación que fue eje en la traza urbana de esta pequeña cabecera municipal.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]