* Dos décadas de investigación para visibilizar una historia olvidada.
El Dr. Jorge Victoria Ojeda, Profesor-Investigador del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”, compartió los avances de más de dos décadas de trabajo académico sobre la presencia africana y afrodescendiente en Yucatán, desde el siglo XVI hasta la actualidad.
El especialista explicó que no se trata de una sola línea de investigación, sino de un amplio tema que ha abordado a lo largo de los años mediante diversos proyectos. Entre ellos destaca su estudio actual: La Gran Almoneda de Mérida, 1779-1780, esclavitud, sociedad y economía, que analiza la gran venta de personas esclavizadas realizada bajo las bóvedas del actual Palacio de Gobierno.
“Este gran tema lo he venido desarrollando desde hace más de 20 años. Ha dado frutos en forma de libros, numerosos artículos y, sobre todo, en el esfuerzo por visibilizar a esta población históricamente invisibilizada”, destacó.
Victoria Ojeda señaló que la presencia africana en Yucatán se remonta al mismo momento en que los españoles llegaron a la región que más tarde sería conocida como la Nueva España. Muchos de ellos eran africanos o afrodescendientes que ya vivían en la península ibérica, donde desde hacía siglos se practicaba la esclavitud.
“Los conquistadores no llegaron solos. Venían acompañados de personas de origen africano que jugaron un papel importante en la conformación de la sociedad colonial, aunque esto no se mencione en los libros de texto”, afirmó.
Respecto a las interacciones entre los diferentes grupos sociales de la época, destacó que existieron relaciones de todo tipo entre africanos y mayas: antagonismos, convivencias obligadas, enriquecimientos culturales e incluso conflictos registrados en documentos de la Inquisición: “Era una dialéctica de la convivencia. Tal como dice el investigador Matthew Restall, era una relación entre el amor y el odio”.
Asimismo, explicó que múltiples factores históricos han contribuido a la invisibilización de las y los afrodescendientes. Desde la época colonial, aunque se les identificaba como negros, mulatos, pardos o chinos, no se les reconocía como parte significativa de la sociedad.
Esta tendencia persistió después de la Independencia, cuando el país buscó proyectarse hacia modelos europeos y estadounidenses, fomentando políticas de blanqueamiento y promoviendo el mestizaje como única identidad nacional.
“La política educativa, fuertemente influenciada por ideologías como la de José Vasconcelos, reforzó esta narrativa al excluir a los africanos y asiáticos de la llamada raza cósmica”, recalcó.
En cuanto a la influencia africana en la cultura yucateca actual, señaló que, si bien en estados como Guerrero y Oaxaca se han documentado aportes africanos en áreas como la gastronomía, la lengua y la religiosidad, en Yucatán aún falta mucha investigación al respecto.
Subrayó que los estudios arqueológicos y antropológicos siguen sin considerar esta dimensión, lo cual perpetúa la omisión. “A veces no vemos lo que no queremos ver. Si no buscamos elementos africanos en la historia de Mérida o en las excavaciones arqueológicas, nunca los encontraremos. Es necesario ponerse los lentes adecuados, como ocurrió con los estudios de género”.
Gracias al Censo 2020, hoy se reconoce que en Yucatán hay al menos 69,000 personas que se identifican como afrodescendientes. Sin embargo, el investigador aclaró que estas personas no están concentradas en comunidades específicas, sino dispersas por todo el Estado.
“No tenemos pueblos afrodescendientes como tales, pero si revisamos documentos de la época colonial, como registros de bautizos y defunciones, encontraremos presencia africana en todas las comunidades”, indicó.
Para concluir, recordó que desde 2019, las comunidades y pueblos afrodescendientes están reconocidos constitucionalmente como pueblos originarios en México, al igual que los pueblos indígenas.
“Si queremos comprender a fondo la identidad yucateca, no podemos seguir excluyendo a quienes formaron parte de ella desde sus inicios. Tal como afirma Restall, no podemos seguir estudiando la sociedad yucateca sin considerar a los africanos. Ellos forman parte de nosotros y nosotros de ellos”, finalizó.