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Lectores de Yucatán Ahora hicieron llegar a la sección de denuncia ciudadana, información acusando a un sujeto quien con engaños defrauda a la gente que se ha hartado de pagar rentas en su necesidad de tener un lugar para vivir abusa de su confianza.
El mensaje de A.S. A. dice:
El señor Camilo Cen Palomo, oriundo de la ciudad de Mérida (o al menos eso dice), con domicilio exacto desconocido (se sabe que vive en Emiliano Zapata Sur III, tras el local de Santos Lugo), se dedica a la compra-venta de casas, llamándose así mismo “Tianguiscasa'”(su pseudo-empresa o empresa fantasma).
Aquél, ofrece predios a precios “económicos”, lo que no dice es dónde queda su “oficina”, no enseña su INE ni otro documento de validez oficial y sí, una vez que le mencionan interés por la casa que se ofreció, empiezan una serie de llamadas para preguntar (exigir) el dinero para ‘apartar’ la casa.
Al principio, invita a separar la casa ofrecida por $5,000, luego, si el crédito fuese a demorar (casos como FOVISSSTE, Banjército u otro similar) pide que sean $10,000, con la garantía “de palabra” que devolverá el dinero en caso de no concretarse el tiempo para la transacción.
El susodicho, ofrece la posibilidad de alojarse en los domicilios, mientras se libera el crédito, situación “tentadora” para quienes están hastiados del pago de las rentas elevadas de la capital yucateca; posteriormente, cuando se consigue el dinero (prestado en la mayoría de los casos), el mencionado niega poder realizar la firma de la promesa de compra-venta en su oficina (la cual no existe), luego, aquél te invita a firmar en el domicilio mismo, o bien, en la oficina de Asuntos Religiosos del Ayuntamiento bajo el edificio de “La condesa”, en el centro de la ciudad de Mérida.
En efecto, muestra los papeles de la casa y ofrece la entrega de un recibo; no obstante, cuando efectúa el documento, pone un tiempo que no pertenece al acordado, excusándose que sólo es protocolo, sin embargo (aquí está la maña), te ofrece la devolución íntegra del dinero, lo cual brinda “confianza” al interesado.
Al concluir la firma, menciona que entregará después el documento, ya que éste no posee la firma del dueño (o dueña) de la casa. Al paso de los días, después de la fecha acordada para la entrega del domicilio y la promesa de compra-venta, el ahora timador no responde, no se apersona con quien firma y tampoco responde llamadas. Cabe señalar que no trabaja sólo, está en mutuo acuerdo con el señor Miguel Can, quien se dice el encargado de “arreglar las casas” que el otro se encarga de vender.
Cuando ya se han pasado a las casas los clientes, éste deja pasar los días sin entregar documentos y, entre ambos (Camilo Cen y Miguel Can) “se pasan la bola”, ninguno se apersona para dar la cara y se echan la culpa entre ellos.
Por último, el “estafador” sólo se vuelve a comunicar con los ahora moradores de la casa cuando ya sólo falta una semana para cumplirse el plazo de la promesa de compra-venta y solicita, con amenazas, que se deshabite la casa, ya que “el dueño” (que se sepa era dueña), le urge el dinero, y éste afirma que, cuando se desaloje el predio, irá a devolver dinero del apartado, situación que en realidad no ocurre, pues, en palabras de su socio: “se gasta el dinero una vez que lo tiene en sus manos”.
Cuando por fin desalojas, éste vuelve a apagar su celular, no responde llamadas, no se apersona y, cuando por fin responde, vuelve a las excusas y ahora amenazas de no devolver el dinero.
Al día de hoy, debe dinero a varios usuarios, con quienes se ha enredado por situaciones similares.
RECOMENDACIONES
El denunciante. de quien Yucatán Ahora solo menciona sus iniciales por temor a represalias, dejó en su escrito recomendaciones para evitar este tipo de abusos así como una foto del timador.
¡Mucho cuidado!, no hagan tratos con este individuo, ni con otros similares.
1. Si es necesario pidan IFE o INE para demostrar la veracidad del negocio, están en su derecho.
2. Cuiden su dinero y su patrimonio.
3. No se salgan de las casas, hasta no recibir el dinero acordado de regreso.
4. Si existe mucha duda e inseguridad, evite tratar con semejantes “fantoches” porque se aprovechan de la necesidad de quienes no tienen recursos.
Se deja la foto del susodicho.
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