[vc_row][vc_column][vc_column_text]Cuando los bebés comienzan a interactuar con el universo que los rodea, también empiezan a ejercer la famosa “Deditocracia”, esa costumbre de señalar todo con el dedito: un perro que pasa por la calle, su juguete preferido, la tele, la comida que quieren, adónde desean que los llevemos, a los brazos de quiénes quieren ir…
Cuando Fabrizio cumplió un año –hace hoy un año y seis días- estaba con la “deditocracia” en su esplendor, descubriendo todo lo que lo rodeaba, sacando sonidos de su boca como loco, expresando sentimientos, caricias, sensaciones… Así lo recuerda hoy Mónica Ávila Rodríguez, quien tiene la fortuna de ser su mamá y de extrañarlo desesperadamente a casi un año del fallecimiento del “Gordo bello”, como no se cansa de llamarlo.
Fabrizio Sosa Ávila hubiese cumplido dos años el pasado 11 de agosto. Sin embargo, eso no fue posible porque ocho días después de su primer cumpleaños falleció. Y lo que llena de impotencia y desesperación a Mónica es que no sabe por qué murió su hijo. Lo extraña como nunca, lo busca como siempre y sólo encuentra consuelo cuando se duerme y lo sueña feliz.
El domingo 19 próximo se cumple un año del día que Fabrizio murió luego de una intervención quirúrgica ambulatoria en el hospital Star Médica de Mérida. El cirujano Wilhem Cerón Grajales lo operó porque uno de los testículos del nené no había bajado correctamente.
Fabrizio entró al quirófano con un excelente prequirúrgico (corroborado por el pediatra Francisco González Martínez) sin embargo, cuando salió y en cuestión de horas, comenzó a empeorar hasta perder la vida.
Aunque el hospital Star Médica colaboró con los padres del bebé y con la justicia en lo requerido en el caso, Mónica no entiende a la fecha cómo los médicos que atendieron a su hijo nunca dieron la cara ni respondieron ante la justicia.
“Dos meses y medio después del fallecimiento de mi hijo pude hablar con su pediatra, el doctor González Martínez, y en ese momento lo que me dijo es que no sabía por qué había muerto mi gordo, que estaban estudiando el caso todavía porque desconocían el motivo del fallecimiento… Y que lo lamentaba mucho”, recuerda Mónica, con impotencia.
Actualmente los médicos laboran normalmente y nunca se contactaron con ella. “Ya no estoy con el papá de Fabrizio y sigo sola con el caso ante la justicia en contra de los médicos Cerón Grajales y González Martínez. Quiero saber qué pasó y por qué pasó, sobre todo si mi hijo estaba tan sano antes de entrar al quirófano y era sólo una intervención quirúrgica ambulatoria ¿Cómo puede ser que empeorara de golpe y dos días después falleciera?”, se cuestiona.
Mónica pide a las autoridades que tomen cartas en el asunto y exige justicia. “Estamos hablando de la muerte de un niño sin repuestas, como si no hubiese pasado nada y los médicos siguen trabajando, inmunes a todo”, remarca.
Y no va a bajar los brazos, asegura. “La causa en contra de los médicos sigue y seguirá, no voy a bajar los brazos por mi nené, por mi gordo bello que con sus manitas me mostraba el mundo. Todo esto lo hago por él”, relata.
Misa en memoria de Fabrizio
El domingo 19, en punto de las 6 pm, se realizará una misa en memoria de Fabrizio en la iglesia de Cristo Resucitado. “Todos los que quieran acompañarme son bienvenidos. Mi hijo ha movilizado a muchísima gente que siempre me apoyó, tanto de Yucatán como del país y hasta de otras ciudades del mundo”, señala Mónica.
Y aunque el duelo sigue, Mónica recuerda hoy a su hijo con el corazón abierto de par en par y unas palabras que llegan volando hasta donde está el “Gordo bello”:
“Extraño tu sonrisa, tu aliento a leche, tus manitas gorditas y esos ‘mua’ que me dabas en las mañanas y todo el día. Siempre te recordaré. Te ama, Mamá”.- Cecilia García Olivieri.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]