Como parte de la tradicional misa en el cementerio de Xoclán, por el Día de Fieles Difuntos, el Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, exhortó a los feligreses a orar por sus familiares fallecidos y a prepararse para cuando les llegue el momento de la muerte con obras de caridad, además de lamentar los casos de suicidios en la entidad, las guerras en el mundo y la inseguridad en México que originó el asesinato del sacerdote, Marcelo Pérez Pérez, en Chiapas, en días pasados.
A la ceremonia asistió la alcaldesa de Mérida, Cecilia Patrón Laviada, y Rodríguez Vega enalteció las palabras de San Agustín, Obispo de Hipona, en el siglo cuarto de nuestra era, quien señalaba: “Por los difuntos qué podemos hacer, una lágrima la seca el viento, una flor se marchita, pero una oración Dios la recoge”.
“Hemos llegado a esta fiesta de todos los difuntos, la fiesta que nos reúne en los panteones, pero también nos reúne en las casas, en los altares que se hacen y en los templos para ir a orar por nuestros difuntos. El evangelio nos habla del juicio final, cuando venga Cristo como juez del mundo, ahora sí es el juicio final, hay otro parcial que se da en la muerte de cada uno de nosotros, pero ese final será el definitivo, ‘vengan benditos de mi padre, ¿por qué?, porque practicaron las obras de misericordia, vayan malditos al fuego eterno ¿por qué?, porque no me atendieron, cuando se hace una obra de misericordia a mí me la hacen, yo soy el hambriento, el sediento, el preso, el enfermo o migrante’, Jesús se identifica con el que sufre”, expresó monseñor.
“Jesús no dice vengan a mi porque rezaron muchos rosarios, dice por las obras de misericordia, lo que más vale a final de cuentas ante el señor son las obras de misericordia y la oración también, claro que vale, si es sincera, es autentica, si se apoya en obras de justicia, de amor, de misericordia, eso es lo que nos hace auténticos cristianos, el respeto por nuestros difuntos está sobre todo en orar por ellos para que salgan del purgatorio y lleguen a la presencia de Dios nuestro señor”, agregó.
El Arzobispo resaltó que actualmente el mundo enseña cosas equivocadas y descartó que un difunto viva mientras haya alguien que lo recuerde, aclaró que una persona fallecida no depende de la memoria de los demás, ya que representa un alma de Dios y el alma es inmortal, lo importante es que el Señor la haya mirado para que viva en su presencia.
“Todos vamos a morir, no sabemos ni dónde, cuándo ni cómo, el Señor lo sabe y nadie debería atentar contra su propia vida, lamentablemente en Yucatán sigue sucediendo que con depresión tanta gente se la continúa quitando, no es para condenarlos, sólo Dios es el verdadero y único juez, no los juzguemos, pero también hay muchos otros que se atreven a quitarle la vida a sus hermanos, especialmente en varios estados de la República y en otros países donde existe la guerra”, manifestó.
“Lo que importa para un buen cristiano son sus obras, su manera de vivir, cómo nos preparamos y nos disponemos para la muerte, cada día hay que prepararnos para ese momento de encuentro con el señor. El sacerdote, en Chiapas, Marcelo Pérez Pérez, oficio misa y a la salida fue acribillado a balazos, eso queda como una gran maldad e injusticia, algo que no tiene razón de ser y debería ser perseguido y castigado, pero más bien veamos que había en el corazón y mente de ese párroco, lo habían entrevistado y está por escrito todo lo que él contestaba”, añadió.