[vc_row][vc_column][vc_column_text]Los cenotes de Xkekén y Samulá se han convertido en dos de los ojos de agua subterráneos más reconocidos y populares en la Península de Yucatán, por lo que turistas de todos los rincones del mundo llegan a estos sitios atraídos por su belleza y espectaculares aguas cristalinas.
El parador ecoturístico de Xkekén se ha colocado este año entre los sitios de recreo y esparcimiento más visitados de esta entidad, debido a que en el sitio es posible acceder a dos de los cenotes considerados entre los más hermosos de la Península de Yucatán, el Dzinup -o Xkekén- y el Samulá.
El sitio está ubicado a escasos dos kilómetros al oeste de la ciudad colonial de Valladolid, también uno de los Pueblos Mágicos del estado y a unos 160 kilómetros al oriente de Mérida.
El cenote Dzitnup es conocido también como “La Cueva Azul”, pues el sol atraviesa una pequeña entrada natural en la parte superior de la bóveda, la cual genera un haz de luz que ilumina el interior y creando una imagen sorprendente con el reflejo del agua.
Su entrada es estrecha y el descenso es por unas escalinatas labradas en roca, las cuales desembocan al único salón de la cavidad donde están las tranquilas aguas que por momentos se ven en un intenso azul turquesa.
Hoy ese ojo de agua es conocido también como Xkekén, que en maya significa “cerdo pequeño” o “cerdito”. Lo anterior, porque según cuentan los pobladores de la zona, fue descubierto por un campesino al estar buscando su cerdito que cayó en el cenote que está rodeado de una gran cantidad de estalagmitas y estalactitas.
Otra versión es que el campesino siempre veía que el cerdito se llenaba de lodo aún en tiempo en que no había lluvias, por lo que decidió seguirlo y fue que encontró el ojo de agua, que hoy es uno de los más visitados y más reconocidos en toda la zona peninsular por su belleza.
En el caso del cenote de Samulá, éste se encuentra prácticamente frente al de Xkekén, por lo que solo se recorre parte de los jardines botánicos que se han instalado en el sitio para acceder.
También es una caverna subterránea de aguas cristalinas de color azul que son iluminadas igual por un orificio en la parte superior. De éste cuelgan las raíces de los árboles que lo rodean hasta llegar a la parte baja. En ambos ojos de agua es posible ver peces, algunos considerados endémicos, por lo que los visitantes pueden llevar o rentar visores y snorkels y hacer más intenso y directo el acercamiento con la naturaleza que ofrecen estos sitios emblemáticos.
La belleza y popularidad de estos puntos han hecho que tan solo de enero al 23 de agosto pasado 154 mil 393 personas de todas las nacionalidades llegaran a ese parador turístico, lo que lo ha colocado entre los cinco más visitados del año, según cifras proporcionadas por el Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos (Cultur).
De igual modo, sitios que promueven el turismo en la Riviera Maya como www.selvatica.com.mx colocan ambos cenotes entre los 20 “imperdibles” para quienes buscan conocer este tipo de atractivos y otros como www.menteurbana.mx, los coloca entre los 10 mejores de Yucatán.
Independientemente de los calificativos, la realidad es que conocer estos ojos de agua puede convertirse en una experiencia inolvidable para quien busca este tipo de aventuras y acercamiento con la naturaleza y también con la cultura maya, pues estos sitios siguen siendo considerados guardianes de muchas leyendas que empiezan a trascender fronteras al igual que su espectacular belleza.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]