La detención esta tarde de una persona en Tizimín, está vinculada al homicidio de Panabá y tiene su origen en disputas de grupos delictivos que operan en Cancún.
El detenido intentó atropellar a un agente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) adscrito a la Policía Estatal de Investigación (PEI), fue detenido y puesto a disposición de la Fiscalía General del Estado (FGE).
El sujeto viajaba en un vehículo que está siendo investigado por su probable participación en el homicidio de un hombre, ocurrido el pasado jueves.
Cuando el agente de la PEI que iba a bordo de una camioneta de la corporación se percató del vehículo, ordenó al guiador que se detuviera, lo cual hizo, pero cuando el policía descendió el sujeto arrancó intempestivamente, golpeó la unidad y trató de arrollarlo.
Para proteger su integridad, el agente hizo dos disparos hacia los neumáticos con su arma de cargo. No hubo intercambio de tiros.
El agresor quiso darse a la fuga pero fue capturado por policías estatales que acudían en apoyo del agente investigador.
Al hacerse la revisión del vehículo del detenido, se hallaron un arma de fuego, un cargador y cartuchos útiles calibre nueve milímetros, una faja tipo fornitura, dosis de droga, y unos ganchos de seguridad (esposas).
Fuentes consultadas aseguran que la delincuencia importada de Quintana Roo no pone en riesgo la tranquilidad de Yucatán.
Nuestros informantes aseguran que este incidente está relacionado plenamente con un caso del Estado de Quintana Roo, pues la persona hallada sin vida el jueves pasado estaría involucrada con una organización delictiva.
Se confirmó que el hombre que fue hallado muerto por impacto de bala junto a su auto en la carretera Kikil, llegó a radicar a la zona hace un mes para refugiarse de sus adversarios de Quintana Roo.
Sus enemigos lo localizaron en Tizimín y le pusieron fin a su rivalidad.
Este homicidio guarda circunstancias parecidas a casos pasados, como el del Fraccionamiento Las Américas el 21 de marzo de 2021 y del restaurantetero de Chicxulub Puerto en septiembre de 2018.
En ambos casos las víctimas operaban en la zona norte de Quintana Roo (En Cancún y Playa del Carmen; respectivamente) y vinieron a Yucatán a refugiarse, donde finalmente fueron ultimados.
