La señora Diana M. C. dio a conocer que teme por su vida y la de sus hijos o cualquier tipo de represalias por parte de ex pareja Antonio H. P., tras haber sido detenido recientemente por los delitos de violencia vicaria y privación ilegal de la libertad en agravio de sus dos hijos.
Cabe recordar que de acuerdo con la denuncia, el pasado siete de abril, el acusado incumplió con devolverle a los menores cuando ella fue a buscarlos. Desde ese entonces los retuvo en su domicilio e impidió a la madre todo contacto con los menores.
De acuerdo con la demandante, su ex esposo por 14 años, es empresario, ingeniero de telecomunicaciones, trabaja con diferentes países y económicamente es solvente.
“Estamos solicitando el apoyo porque de antemano he recibido ciertas amenazas, que no han sido propiamente verbales, pero he observado vehículos fuera de mi casa, movimientos extraños que no son usuales, personas que normalmente nunca he visto, aunque estamos haciendo las cosas por la vía legal, sí temo por mi seguridad y la de mis hijos, nuestra vida propia. Ya solicitamos protección y estamos esperando una más fuerte, que sea por lo menos 24 horas”, expresó.
“La justicia ha estado al pendiente, ellos saben la verdad como se ha movido el caso, de la manera mas óptima, más legal, ha sido realmente honesto, porque de eso se trata la justicia, que obren con la misma intensidad, intención, tenacidad, por todas las mujeres que vivimos estos casos, porque no sólo pasa en Mérida, mujeres que no se pueden defender, sino es por la parte económica, es por la moral, por los hijos”, agregó.
La afectada resaltó que se haya concretado la captura de su presunto agresor para comenzar con el proceso legal y judicializarlo por violencia vicaria.
“Las autoridades han estado muy pendientes del caso, he recibido gracias a ellos una excelente ayuda, un gran trabajo tanto la fiscalía como mi abogada personal, se siguen buscando las pruebas necesarias para continuar en la vinculación necesaria y que se haga justicia”, señaló.
Como suele suceder en estos casos, los mayores daños los sufren los menores, sobre todo en el aspecto moral.
“(Los niños) están bien, con daños psicológicos por lo sucedido, no logran entender qué sucedió, por qué el señor no les permitió hablar conmigo, piensan ellos que yo los había abandonado porque eso les comentó su papá, que me había ido de Mérida. Traen muchas preguntas, sobre todo el de 10 años (varón), muchas inquietudes, momentos difíciles que me ha ido poco a poco contando”, manifestó.
“Afortunadamente no sufrieron agresiones físicas, pero psicológicamente están mal, yo como mamá tengo la labor de apoyarlos, cuidarlos y que esto pueda ser una experiencia más de su vida y no les siga afectando en el futuro”, añadió.
La parte acusadora informó que la violencia viene de tres años atrás, la entonces pareja radicaba en un país árabe, donde Diana recibió muchas amenazas, humillaciones y malos tratos, dado que las leyes no le permitían defenderse. En su momento, la denunciante logró salir de ahí, llegar primero a Colombia y luego trasladarse a Yucatán.
“Tratamos de llegar a un acuerdo aquí, engañoso de él hacia mí porque no se ratificó en los juzgados familiares, a mí me dejó vulnerable porque no teníamos ni él ni yo la custodia legal, los dos quedamos con los mismos derechos, cuando el acuerdo lo hice con él creyendo en su buena voluntad, que haría bien las gestiones, firmé pensando que estaba en los juzgados y no era así. Él tomó a mis hijos como parte de hacerme daño a mí”, afirmó.
“Cuando llegamos aquí me quitó todo tipo de ayuda económica, alcanza a pasar ciertos bienes que teníamos, a nombre de terceras personas, dejándome a mí sin poder pelear ni siquiera por una casa para mis hijos. Él vive ahí, en la misma casa de siempre, la que fue de nuestra familia, nuestros hijos, alegando que vive en renta, cuando yo sé que fue nuestra casa y a mí me dejó en la calle, quitándome todos los recursos económicos”, concluyó.
