Por Daniel Armando Pérez Cachón
Airam Mariana Villanueva Kuh es la imagen perfecta para la frase “sin miedo al éxito”. La yucateca de 18 años es campeona mundial juvenil de karate, disciplina de la que también es entrenadora y dichas actividades las tiene que compaginar con sus estudios de licenciatura.
“Es muy cansado, pero sí se puede”, respondió firme, Airam, quien se ha convertido en una especialista en superar retos.
Y es que, su gran triunfo reciente estuvo en riesgo de no cristalizarse. Para competir en el Campeonato Mundial de Karate de la WUKF (World Union of Karate-Do Federations) tuvo que recaudar fondos por su cuenta.
Entonces, vendió camisetas para completar los gastos de su viaje a Cluj, Rumania, y alojamiento. Para ello contó con el apoyo de su padre y sensei Alexis Hurtado.
En la prueba de kata, superó a 20 competidoras para colgarse la medalla de oro. No resultó fácil, pues tuvo que pasar dos filtros para llegar a la final y presentar las mejores ejecuciones a la vista de cinco jueces.
“Al principio, un poco por los nervios no me fue tan bien… pero una vez que pasé la segunda ronda ya me ubiqué entre las primeras con las puntuaciones más altas”, contó Airam.
“La ronda final fue muy fuerte. La que quedó en segundo lugar hizo casi la misma puntuación que yo y la diferencia fueron décimas”, relató la yucateca, que encabezó el podio por delante de las rumanas Ana María Gheorghe y Sabina Rotariu tras presentar la kata “Unsu”.
Así, se proclamó campeona mundial de kata de karate shotokan en la categoría de 18-20 años. Colgarse la medalla de oro no fue su única experiencia en Europa, pues el aprendizaje es continuo en el karate, especialmente en las competiciones.
Durante el torneo de kumite le tocó enfrentar a la italiana Simona Pirovano y desafortunadamente un detalle técnico la dejó fuera. “En cada torneo cambia el reglamento y aquí estaba prohibido un tipo de esquivo que yo realicé en mi pelea, pero no lo sabía”, explicó Mariana. “El juez me amonestó la primera vez, y la verdad tuve problemas para entenderle en su idioma de por qué me marcó falta. Y luego me sancionaron otra vez”, detalló con la intención de que esa lección aprendida le servirá para mejorar.
Y en ese sentido, tuvo una preparación previa de ensueño, pues entrenó al lado de Lupita Quintal, máxima exponente del karate yucateco y capitana de la selección mexicana.
“Es mi ídola, siempre he seguido sus pasos y me motiva tratar de ser como ella”, declaró y detalló que trabajaron “todo… la velocidad de movimientos, defensa, los ataques, con que pie contratacar…”. Pero, sobre todo, valoró sus tips y consejos.
Antes de toda su aventura mundialista, la joven tuvo que mantener su disciplina durante la pandemia. “Siempre he entrenado en casa y en el dojo… y no deje de hacerlo”, apuntó.
Eso se notó en su participación en tres torneos virtuales, de los cuales ganó el Open Asia Cup. Y cuando regresaron los presenciales, obtuvo su pase al Campeonato del Mundo en el clasificatorio realizado en Ciudad de México.
Ahora, a su regreso se está poniendo al día en la escuela y reactivándose en un ir y venir de días “muy rutinario, muy cansado… pero que claro que vale la pena” una vez que tiene colgada una medalla en el pecho.
“Me dormía muy tarde, hay que hacer tareas, tienes tus clases, luego entrenas”, indicó sobre su rutina, en la que también está ser entrenadora del Dojo Shotokan “Los Almendros” en Ciudad Caucel. “Tengo a mi cargo a los niños más pequeñitos del dojo… el más chico tiene cuatro años”.
Y no para: el próximo mes debutará como representante de la Universidad Marista en un evento en Oaxtepec.
“Será mi primera competencia con la Marista. Por la pandemia no había podido competir como alumna, pues recién ingresé a la universidad y no se habían podio realizar los torneos”, apuntó Airam, quien está becada por dicha institución educativa y cursa la licenciatura en administración en recursos naturales.
A sus 18 años, presume un currículum destacado con cinco años consecutivos, de 2014 a 2019, participando en la Olimpiada Nacional (ahora Juegos Nacionales Conade), en los que las medallas fueron una constante. Su campeonato mundial es solo un aliciente para seguir superando retos de toda índole y para los cuales tiene el karate como su mayor fortaleza, ya que más allá del arte marcial, lo importante “es la virtud”, aseguró.