[vc_row][vc_column][vc_column_text]A unas horas de que entre en vigor el horario de invierno, y el reloj tenga que atrasarse para recuperar los 60 minutos que se “pierden” con el horario de verano, los ciudadanos se preguntan una vez más cuáles son los beneficios reales de esta medida, que se aplica prácticamente en todo el mundo y que en México entro en vigor en 1996.
Las autoridades hablan siempre de un ahorro de energía en las horas pico de uso de electricidad, pero los ciudadanos no ven que ese ahorro se refleje en sus recibos de consumo.
Pese a las quejas, hasta ahora no se ven intentos organizados para eliminar el horario de verano, salvo una propuesta que hizo un diputado morenista de la Ciudad de México, Carlos Castillo Pérez, quien hizo una propuesta ante el Congreso capitalino.
El legislador propuso que solicite al Gobierno federal dejar sin efectos el decreto horario de verano, al menos en la Ciudad de México.
Castillo Pérez dijo que los cambios de horario “traen consecuencias nocivas en la salud de la población, principalmente en las personas adultas mayores y niños”, además de que no generan beneficios económicos o energéticos evidentes.
El diputado puso como ejemplo que en julio de 2018, la Comisión Europea llevó a cabo una encuesta sobre este tema, en la que se determinó que los cambios de horario generan entre la población cansancio, falta de concentración y estrés.
“Esta encuesta es un indicador de que el cambio de horario perturba el ritmo biológico natural de las personas y se convierte en factor de estrés e inconformidad en la población, y eso nos hace replantearnos su funcionalidad”, afirmó el diputado.
Recordó que en México el cambio de horario se implementó en 1996, con el propósito de aprovechar los periodos de más iluminación natural.
Sin embargo, detalló que “hay sectores que consideran que la medida no representa un ahorro energético y al contrario, conlleva un impacto negativo en la vida y bienestar de las familias”.
El legislador indicó que ajustar los relojes dos veces al año “a una gran parte de la población le genera molestias y afectaciones, que van de las leves a las moderadas en su salud, durante el periodo de adaptación”.
Castillo aseguró que los desequilibrios físicos que puede experimentar una persona que se somete a un cambio repentino, como el que se comenta, son diversos.
“Varias investigaciones han demostrado que aumenta en cinco por ciento la posibilidad de sufrir ataques al corazón durante los tres días posteriores al cambio de hora. Asimismo, existen estadísticas que indican que el lunes posterior al cambio de horario hay más accidentes de tráfico y de trabajo”.
“La idea de adelantar el reloj en verano nació para ahorrar energía, pero los datos señalan que los ahorros no son significativos. Existen estudios que sostienen que el cambio de horario no es funcional para ahorrar energía, ya que la menor demanda para la iluminación se compensa con un incremento de la demanda para calefacción (en otoño e invierno) y aire acondicionado (en primavera y verano)”, afirmó.
Además, también generan cansancio extremo, irritabilidad, insomnio, ansiedad, poca concentración y un bajo rendimiento laboral y escolar, en tanto el organismo se ajusta al nuevo horario. De ahí la importancia de eliminar los husos horarios en México”, concluyó el diputado.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]