A partir de este jueves, quedaron totalmente reabiertas las cinco estructuras de Izamal, habilitadas para la visita pública, informó la titular del Centro Yucatán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Anna Goycoolea Artís.
El basamento conocido como Kinich Kak Moo, relevante por su simbolismo solar y ser uno de los más grandes en cuanto a volumen en toda Mesoamérica, después de las pirámides de Teotihuacan y de Cholula, estaba abierto desde el fin de la contingencia sanitaria por Covid-19, al cual ahora se sumarán los complejos arquitectónicos conocidos como Itzamatul, Habuc, Tu‟ul (“el conejo”) y Chaltún Ha.
De acuerdo con el investigador del Centro INAH Yucatán, Rafael Burgos Villanueva, estos cinco espacios, a menudo referidos como zonas arqueológicas, en realidad forman parte de un mismo asentamiento antiguo que, con la llegada de los españoles y el desarrollo histórico de Izamal, se fragmentó paulatinamente.
“El INAH tiene registradas más de 170 estructuras prehispánicas dentro de la mancha urbana de Izamal, mismas que, como sucede en otros sitios de México, conviven con elementos virreinales y contemporáneos, de allí que se le conozca como “La ciudad de las tres culturas”, abundó el también codirector del Proyecto Izamal.
“Izamal tiene una larga secuencia de desarrollo. Su apogeo se ubica hacia el final del período Protoclásico (150 a.C.-250 d.C.) y durante el Clásico Temprano (250-600 d.C.), épocas en las que fueron erigidos los edificios de mayor relevancia, así como una extensa red de caminos que reflejan su importancia política y económica”, acotó.
Destacó el logro del trabajo efectuado en con junto con los arqueólogos Luis Millet Cámara y Yoly Palomo Carrillo
En paralelo con los vestigios mayas prehispánicos, en Izamal también se puede visitar el ex Convento franciscano de San Antonio de Padua, el cual “es un sitio virreinal”.