[vc_row][vc_column][vc_column_text]La discriminación en contra de las personas con enfermedades de la piel, principalmente vitíligo y mal de pinto, aumenta en el Estado afirmó el director del Centro Dermatológico de Yucatán “Fernando Latapí”, José Cerón Espinosa.
Reprobó la ignorancia de la población ya que al confundir ambas enfermedades se rechaza a los individuos cuyo padecimiento no es contagioso, tal el caso del vitíligo, el cual también es curable.
Reconoció que en el Estado prevalece el rechazo hacia las personas con problemas dermatológicos, por lo que el daño psicológico es notable.
Comentó que el vitíligo es una enfermedad que afecta la piel y las mucosas, la cual se caracteriza por manchas blancas, cuyo aspecto hace que la persona que padece este mal sufra de rechazo.
El menosprecio “sólo revela la ignorancia de (la persona) hacia este padecimiento, el cual no es infeccioso ni contagioso, y sí tiene cura”, acotó.
Agregó que durante años el común de las personas ha llamado al vitíligo como “mal de pinto”, cuando en realidad se trata de dos padecimientos distintos, pues el primero sí se cura y se logra revertir la decoloración en la piel con los tratamientos actuales
El especialista abundó que el vitíligo se trata de un padecimiento que afecta la piel y las mucosas, caracterizada por manchas acrómicas, es decir, sin color.
Definió dicho padecimiento como una leucodermia, es decir una enfermedad cutánea que deja blanca la piel, no se sabe con precisión cuál es la causa de este padecimiento, pero se conoce que los melanocitos dejan de producir pigmentos, y en los casos crónicos, éstos desaparecen de la piel, que es cuando resulta más difícil de tratar.
La carga emocional resulta tan relevante en este padecimiento que muchas veces se requiere del apoyo del psicólogo para que el tratamiento resulte más eficiente, subrayó.
Por ende, pasa de ser un mal sicosomático a ser somatopsíquica, esto significa que en ocasiones la cuestión emocional influye para la aparición de la enfermedad, y al hacerse presente la decoloración en la piel, ésta se vuelve una preocupación para el paciente pues se sienten rechazados.
Estableció que el manejo de los aspectos emocionales de la enfermedad aumenta la posibilidad de curarse, no así cuando no se toman en cuenta.
Reiteró que el vitíligo si tiene cura, pues es posible lograr que la piel vuelva a repigmentarse, sin embargo, esto puede llevar varios meses de tratamiento hasta su recuperación total.
Mal de pinto
De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, en Yucatán ya son 11 los casos de mal de pinto, enfermedad transmisible y sin cura, aunque aún está por debajo de la cifra correspondiente al año anterior.
Cerón Espinosa añadió que “es una enfermedad infecciosa, en la que las manchas blancas una vez que aparecen no se pueden revertir para recuperar el color natural de la piel”.
Agregó que el padecimiento pasa por dos fases, la primera se caracteriza por la aparición de manchas rojas y escamosas, mientras que en la segunda aparecen las manchas blancas al caerse las costras que aparecen en la primera etapa.
“Cuando eso ocurre no es posible que las manchas blancas desaparezcan, por eso la importancia de tratar esta enfermedad en la primera etapa para evitar estas consecuencias”, abundó.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]