En la ciudad amarilla de Izamal, cada vez es más común ver a caballos desplomarse en plena vía pública, presuntamente debido al agotamiento y las condiciones en las que son sometidos por los conductores de calesas.
Testigos han captado en diversas ocasiones a estos animales cayendo al suelo, generando indignación entre habitantes y turistas, quienes se preguntan por qué las autoridades no supervisan el bienestar de los caballos utilizados en este tradicional medio de transporte.

El maltrato animal es un tema que ha generado debate en diversas ciudades turísticas donde se emplean calesas tiradas por caballos. En Izamal, la situación no es diferente, y cada vez más voces exigen regulaciones y medidas de protección para evitar que los equinos sigan sufriendo por la sobreexplotación y las altas temperaturas.
Hasta el momento, las autoridades locales no han emitido un pronunciamiento oficial sobre estos hechos, lo que ha aumentado la presión de los ciudadanos para exigir mejores condiciones para estos animales.