La seguridad en este pequeño municipio del poniente yucateco se tambalea tras una grave denuncia que expone un preocupante caso de violencia dentro de la propia corporación policiaca. Un agente identificado como Yahir presuntamente agredió brutalmente a una compañera oficial, con quien mantenía una relación sentimental, según versiones extraoficiales.
Los hechos ocurrieron cuando el policía, aparentemente bajo los efectos de sustancias ilícitas, interceptó a la mujer, la obligó a subir a su motocicleta y, durante el trayecto, la golpeó salvajemente. Posteriormente, la abandonó ensangrentada en un terreno baldío.
Fueron vecinos del lugar quienes la auxiliaron al escuchar sus gritos. Al verla en tan mal estado, la trasladaron en una camioneta Ford tipo Windstar hasta la puerta de la comandancia municipal, en espera de ayuda médica. Momentos después, arribó la ambulancia Y-38 de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) con base en Hunucmá, ya que tanto Tetiz como Kinchil carecen de unidades propias para emergencias, una situación que ha generado creciente preocupación entre la población.

El caso ha generado indignación no solo por la agresión, sino también por el silencio institucional. De acuerdo con testimonios de regidores, el alcalde Cristian “El Pavo” tenía conocimiento del historial violento de Yahir, así como de sus presuntos problemas de adicción, y aún así lo mantuvo en funciones por motivos de compadrazgo político.
Elementos policiacos, bajo anonimato, han señalado una cadena de encubrimientos y favoritismos al interior de la corporación. “Aquí no hay sanciones, solo protección para quienes están bien conectados”, afirmó uno de ellos.
Y no es el único incidente reciente. Hace unos días, otra agente que conducía una motocicleta adaptada como patrulla atropelló a un menor de entre 10 y 12 años tras ignorar una señal de alto. Aunque el Ayuntamiento se hizo cargo de los gastos médicos, testigos denuncian que se intentó encubrir el hecho, omitiendo el protocolo de atención y evitando llamar a los cuerpos de emergencia para no generar reportes oficiales.
Tetiz vive bajo un clima de impunidad, temor y desconfianza. La ciudadanía se pregunta quién los protege realmente, si quienes deben hacer valer la ley son parte del problema.
Mientras tanto, el mutismo oficial y la falta de acciones contundentes colocan al municipio al borde del colapso moral y de seguridad, con un alcalde que continúa actuando como si nada ocurriera.