Con el inicio de los nortes y frentes fríos, los pobladores Progreso y Umán, así como de las colonias, fraccionamientos y unidades habitacionales de Mérida solicitaron la pronta intervención del gobernador Joaquín Díaz Mena para el control de la contaminación con micropartículas que generan las cementeras, caleras, sascaberas, concreteras, criberas y sitios de extracción de material de construcción, establecidas en la entidad.
Los afectados establecieron que esta temporada hay un aumento notable de alergias y padecimientos crónicos degenerativos, tanto en los menores de edad así como entre los senescentes que viven a escasos kilómetros de las cementeras y otros sitios de contaminación que generan micropartículas.
El presidente de la asociación Maya Peninsular, Raúl Quiroz Moo, afirmó que la situación se complica durante noviembre, diciembre y enero, a causa de los nortes y frentes fríos, los cuales dispersan aún más las micropartículas, afectando principalmente a los habitantes de Flamboyanes, comisaría de Progreso, así como a las familias del norte de la capital yucateca.
Reconoció que numerosos especialistas coinciden sobre el grave daño que ocasionan las micropartículas y los actuales funcionarios hicieron caso omiso a las recomendaciones.
Por ende, los afectados se organizan para solicitar una audiencia con Díaz Mena, para plantearle la situación que prevalece y la posible instalación de otras cementeras.
Las micropartículas afectan todo el año a los pobladores de Chocholá, Progreso y Umán, mientras que laceran a los vecinos de las colonias, fraccionamientos, unidades habitaciones y comisarías del norte de Mérida, durante la temporada invernal, cuando se registran nortes y frentes frío.
Quiroz Moo reprobó la actitud de jueces y magistrados de apostar a favor de los empresarios, por lo que la ciudadanía queda sin el amparo de la Ley, tal como ocurre con las macrogranjas de Keken, al igual con las cementeras.
Incluso, la situación se complicará en breve, debido a que en el Polígono Industrial de Progreso se instalarán tres las cementeras, de las cuales, la Planta de Molienda de Cementos Fortaleza ya está en funcionamiento.
Las cementeras y caleras emiten constantemente micropartículas que afectan a numerosas poblaciones ubicados a varios kilómetros a la redonda, mientras que las sascaberas y granjas, ocasionan un severo daño al frágil manto freático, subrayó.
Expresó que los vecinos de Progreso piden la intervención del Congreso del Estado para que las autoridades federales, estatales y municipales prohíban el funcionamiento de las empresas y les restituyan las tierras y el agua que son de su propiedad.
Resaltó que durante años fueron ignorados y que “lo único que les han dado son negativas por parte de un juez de distrito”.