[vc_row][vc_column][vc_column_text]En los últimos meses, Yucatán ha registrado una serie de fenómenos naturales que han sorprendido a la población.
Dos de ellos están relacionado con eventos meteorológico y un tercero es de tipo sísmico, y quizá por ello el que más ha sorprendido, porque se supone que Yucatán es una zona asísmica, o al menos así se pensó que lo era durante mucho tiempo.
El primero de esos fenómenos ocurrió en noviembre del año pasado, cuando pescadores de San Crisanto captaron en alta mar una tromba marina que se estaba alimentando del agua de mar como si tuviera un gran popote.
Fueron privilegiados de presenciar un espectáculo que pocas veces tienen la oportunidad de ver los humanos. Lo bueno es que lograron captarlo en video y ahora se tiene evidencia de ese fenómeno meteorológico.
El segundo evento que sorprendió también es de tipo meteorológico y se trata de la turbonada que afectó la costa norte y otros municipios, incluyendo Mérida, el pasado 4 de mayo.
Ese día fuertes vientos sorprendieron a más de uno en tierra y en el mar. Para los más viejos, en particular los que viven en la costa, no fue tan sorprendente e incluso dijeron que se trató del cordonazo de la Santa Cruz.
Los cierto es que el mar se salió de su cauce en los puertos yucatecos y en marinas de Yucalpetén propició que las embarcaciones chocaran unas contra otras.
El fenómeno sorprendente más reciente ocurrió a la medianoche del jueves, cuando llegó hasta Yucatán la onda sísmica de un fuerte temblor de 8.2 grados de magnitud registrado en Chiapas.
Para muchos fue algo increíble porque la idea que se tiene es que Yucatán es una zona asísmica. Sin embargo, ver que se muevan libreros, lámparas, adornos e incluso ropa en los armarios dejó a muchos boquiabiertos.
Ya luego se supo que fue un temblor leve, de tres grados de intensidad y considerado de rango bajo, a diferencia de lo que ocurrió en Chiapas y en estados cercanos, donde hubo importantes daños.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]