[vc_row][vc_column][vc_column_text]La bailarina cubana Alicia Alonso, una figura legendaria de la danza clásica, ha fallecido este jueves a los 98 años, según ha informado un representante del Ballet Nacional de Cuba (BNC).
Alonso se encontraba ingresada por complicaciones de salud en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ) de La Habana, donde murió en torno al mediodía.
Se retiró de los escenarios en 1995, pero permanecía en activo al frente del prestigioso Ballet Nacional de Cuba (BNC) -donde era directora- pese a su avanzada edad.
Alicia Alonso era una de las más grandes figuras del ballet internacional, Primera Bailarina Absoluta del Ballet Nacional de Cuba y un símbolo cultural de su país. Alonso, cuyo verdadero nombre era Ernestina de la Caridad Martínez y del Hoyo, nació el 21 de diciembre de 1920 en La Habana (Cuba), donde comenzó en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical en 1931.
Continuó su formación en Estados Unidos, en la School of American Ballet. A los 17 años sufrió un desprendimiento de ambas retinas y tuvo que ser operada en varias ocasiones. Sin embargo, esto no impidió que bailara en los mejores escenarios del mundo durante años.
Incluso, ya ciega y con casi 73 años de edad, bailó de puntillas en noviembre de 1993 en el 50 aniversario de su primera “Giselle”. Comenzó su carrera artística en 1938 y trabajó en Broadway en comedias musicales como Great Lady y Stars in your eyes. Fue miembro del Ballet Theatre of New York (1940) y actuó en obras como Undertow, Fall River Legend y Theme and Variations, que interpretó por numerosos países.
En 1948 creó su propia compañía
Siempre ligada a su Cuba natal, en 1948 creó su propia compañía (Ballet Alicia Alonso), la primera profesional en Cuba y que en 1955 pasó a denominarse Ballet Nacional de Cuba (BNC). A partir de ahí, compatibilizó la interpretación con la dirección del Ballet Nacional de Cuba y la enseñanza de esta disciplina. Mucho tiempo después, inauguró la Cátedra de Danza que lleva su nombre (1994).
Como coreógrafa y bailarina, representó a los clásicos junto a las grandes compañías, actuando en los principales escenarios del mundo.
Sus versiones coreográficas de los grandes clásicos son célebres internacionalmente y se han bailado por otras importantes compañías como los Ballets de la Ópera de París (Giselle, Gran paso a cuatro o La bella durmiente del bosque); la Ópera de Viena y el San Carlo de Nápoles (Giselle); la Ópera de Praga (La Niña Malcriada); el Teatro alla Scala de Milán (La bella durmiente del bosque) y el Real Ballet Danés (Don Quijote).
Con información del periódico El Mundo de España[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]