Palabras que dedicó el alcalde Renán Barrera Concha en la ceremonia de develación del busto de Armando Manzanero, ubicado en el cruce de la calle 60 Sur con Circuito Colonias:
Resulta poco probable sino es que imposible, que unas cuantas palabras intenten siquiera resumir la vida, la obra y el don de la sencillez de un hombre que vivió a más no poder enamorado del amor; de ese romanticismo que llevaba a flor de piel que plasmaba en las letras de sus canciones y en la música, a través de sus manos sobre el teclado de un piano, su inseparable amigo de confidencias.
No me atrevería a tratar de definir en unos cuantos minutos ese espíritu libre que continúa viviendo en el corazón de cada uno de nosotros y que, donde quiere que esté, sigue siendo armonía e inspiración.
En todo caso, creo que esta, su gran familia que somos todos los meridanos, coincidimos en recordar a don Armando Manzanero Canché, el yucateco más universal que haya visto y nacido en esta tierra, con la actitud sencilla que lo caracterizó, siempre acompañado de una sonrisa y una mano amiga y franca.
Mérida, querido Maestro Manzanero, prefiere recordarle y celebrar su vida, sus canciones, sus pláticas y sus anécdotas. Todo lo que compartió siempre con humildad, sencillez y un gran sentido del humor, con lo que puso alto el nombre de Yucatán en todo el mundo.
“No soy más que el resultado de la magia, el encanto y la maravilla que esta tierra tiene y que da a todo aquel que tiene el privilegio de nacer en ella”, nos expresó el maestro en su momento cuando su ciudad, Mérida, a la que tanto amó y llevó en el corazón, reconoció su trayectoria artística con la medalla “Silvio Zavala Vallado” a la Cultura y las Artes.
El maestro Manzanero le declaró en reciprocidad a esta hermosa ciudad, una vez más, su amor y cariño en su aniversario 473, dirigiéndose a ella como “la muchacha que he amado, a la muchacha que he idolatrado y que seguiré amando cuando ya no esté, a esa muchacha que se llama Mérida”.
A partir de hoy esta misma “muchacha”, Mérida, su eterna musa, es la que lo abraza en este significativo gesto en reconocimiento a su obra y trayectoria de vida, al amor del que siempre dio testimonio para con sus raíces mayas, y al enorme y vasto legado musical que nos hereda.
El Ayuntamiento rinde una vez más un homenaje a un ser humano excepcional que representó la universalidad de nuestra cultura, a quien tuvo la capacidad de hablar con música, de crecer en el seno de una Mérida de bellos atardeceres y de cálidas noches estrelladas que siempre lo inspiraron para componerle canciones, porque como él solía expresar: “el agradecimiento es la memoria del corazón”.
Con todo el cariño que puedan encerrar las letras de sus canciones, con esa misma fuerza sugerente que lo llevaba al teclado de su piano para escribir logrando mover sentimientos y emociones, los meridanos otorgamos a la calle 60, en el tramo comprendido de la calle 121 de la colonia Mercedes Barrera a la 95 del centro, el nombre de “Armando Manzanero Canché”.
En esta esquina conocida como “La Flor del Bosque”, hemos colocado este busto del maestro Manzanero que perpetúa su legado. Agradecemos a sus familiares más cercanos nos acompañen en este acto, sencillo, pero tan lleno de gratitud y cariño para uno de los hijos predilectos de Mérida.
Quiero subrayar que fue el propio maestro quien eligió la calle que llevaría su nombre durante una plática que sostuvimos el año pasado, cuando le propusimos esta idea que inmediatamente aceptó con esa misma sencillez que lo caracterizó ante su público.
La respuesta fue inmediata, el maestro sugirió que fuera precisamente esta zona de la 60 sur, “por la esquina de La Flor del Bosque” nos refirió, que fue donde él creció y que lo ligaba a las raíces más profundas de su infancia en esta tierra junto con su familia.
Así, hemos querido respetar la voluntad y el deseo del maestro Armando Manzanero, cumpliendo una promesa hecha en vida sabiendo que, desde donde esté, el inmenso artista y ser humano que fue se funde en un abrazo con su ciudad, Mérida, su “muchacha”, su tierra maravillosa que le ha abierto sus brazos y lo ha recibido en su seno para siempre.
Pocos son aquellos que han nacido con el don de la inspiración en el corazón y el maestro no sólo lo tuvo, sino que lo compartió siempre en las más de 400 canciones que compuso, muchas de las cuales han sido y continuarán siendo interpretadas por las voces más prestigiadas del mundo artístico.
Dije al principio que unos cuantos minutos no bastarían para siquiera tratar de describir una semblanza tan profunda, tan rica en anécdotas, charlas, vivencias y, sobre todo, música. Dije también que como yucatecos, preferimos celebrar su vida y sus obras como embajador de la cultura musical de Yucatán.
Este merecido reconocimiento no concluye este día porque Mérida te seguirá recordando y celebrando.
Sin duda, Maestro Armando Manzanero, como bien plasmaste en una de tus tantas letras maravillosas: “Nos hizo falta tiempo, mucho tiempo por vivir” para seguir escuchando tu vida que se ha fundido en las letras de cada una de tus canciones.