[vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Cuántos colores puede distinguir el ojo humano? Dicen los expertos que cerca de un millón. Y hay colores y colores, claro… Hay algunos que nos hacen voltear para no verlos más, otros que nos provocan tristeza, nostalgia, sensaciones encontradas.
Y hay otros que, literalmente, nos estallan la cabeza con una mezcla rara de sorpresa, adrenalina y paz, al mismo tiempo. Esas y otras sensaciones provoca ver los colores de los Rápidos de Bacalar, un sitio de ensueño de 1,200 metros ubicado entre la laguna Xul-Ha y la laguna de Bacalar, a unas horas de Mérida y a tan sólo 30 minutos de Chetumal, en el sur de Quintana Roo.
Los Rápidos de Bacalar invitan, sin duda, a dejar a un lado el celular y la vida de locos que llevamos para bajar un cambio. Uno o muchos. El agua cristalina que corre tamizada con diferentes tonalidades de verde, turquesa y azul, relaja, da paz y oxigena las neuronas.
Rodeado de manglares vivos, Los Rápidos de Bacalar están ubicados a 30 kilómetros al norte de Chetumal por la carretera Chetumal-Cancún y a poco más de 13 kilómetros del poblado de Bacalar.
“Somos los intermediarios entre las Lagunas de Xul-Ha y Bacalar, con todos los colores”, avienta sin dudarlo Daniel Castillo, gerente operativo de Los Rápidos de Bacalar Lagoon Club, un balneario-restaurante “eco-friendly” con todo lo necesario para pasarla bien. Todo.
A pesar de que trabaja hace años en el lugar, Daniel todavía se maravilla cada día con los colores que les dan los rápidos.
“Es un brazo de río que corre y que permite disfrutar de espacios de agua donde puedes estar de pie y partes donde se alcanzan los cuatro o cinco metros de profundidad, lo cual le da diferentes tonalidades al agua. Cada mañana que llego aquí, me encuentro con un paisaje diferente. Es la mejor oficina que uno puede tener”, asegura.
La purificación del agua la da la piedra fósil que se llama “estromatolito” y que sólo se encuentra en algunos lugares del mundo como aquí, en Australia y en un salar en Perú.
“Tenemos el orgullo de contar con esta maravilla de la naturaleza”, comenta Daniel, con una gran sonrisa.
Estas rocas de más de 3,500 años de antigüedad son el resultado de la unión de seres unicelulares -las cianobacterias-, que viven en mares cálidos y en aguas poco profundas. Las rocas se forman muy lentamente, capa sobre capa, al morir las células de una capa, depositan el carbonato cálcico de sus paredes sobre la capa anterior y formarse sobre ellas una nueva capa viva. Eso hace que el agua sea cristalina y por los rayos del sol se dejen ver diferentes y maravillosas tonalidades de turquesa, verde y azul.
Actividades en el Lagoon Club
¿Y qué hay para hacer en Los Rápidos? De todo.
Ahora que arranca la temporada baja, sin duda es una opción para tener muy en cuenta si no te tomaste vacaciones o si tienes disponibilidad de hacerte una escapada, solo, en pareja o en familia. El disfrute es garantizado para todos.
“En el río hay espacio para que todos se diviertan. Pueden dejarse llevar por la corriente, ir en kayac hasta la Laguna de Bacalar, recorrer las costas y también contamos con una zona para niños, decorado con hamacas que llegan al agua y donde pueden hacer pie sin problemas ya que el agua es baja y no hay corriente”, detalla Daniel.
De 10 am a 7 pm el lugar está abierto. Se paga un cover simbólico para entrar y arranca la diversión. Puedes rentar chalecos y snorkels por día y kayacs para recorrer el río por hora.
Especialidades del Chef Hugo
El agua tiene una densidad importante, así que cuando te metas a nadar, debes tener en cuenta que vas a salir cansado y con mucha hambre, listo/a para disfrutar de un amplio menú realizado por el chef Hugo, que incluye variedad de ceviches, pescado frito o a la plancha, camarones al coco con salsa de mango y otras delicias que le van como anillo al dedo al lugar. También ofrecen unos “aguachiles” y marlín ahumado, que están para chuparse los dedos. Los precios son muy accesibles.
Prioridad: cuidar el medio ambiente
Yucatán Ahora también platicó con Rodolfo Valle, dueño del lugar y quien abrió las puertas al público en general hace casi cuatro años.
“Nos visita todo tipo de turismo, regional, nacional e internacional. Actualmente por la situación del sargazo en el norte del estado, también recibimos muchos visitantes de esa zona.
La virtud de este lugar, comparado con la Laguna de Bacalar, es que ofrecemos la corriente que da el río y eso le da un valor agregado”, explica.
El Lagoon Club es un espacio amigable con el medio ambiente y no hace falta recorrerlo minuciosamente para darse cuenta. Ya comenzó a funcionar con pantallas solares, se invita al visitante a que cuide el espacio que disfruta, hay mucha concientización en cuento a la basura (no se ve nada tirado y el agua de río está súper limpia y con pececitos que nadan entre la gente), tienen drenaje propio (nada se tira al rápido) y está muy cuidado también todo el entorno como los manglares que lo rodean, donde hay hasta una playa con arena exfoliante a un paso del lugar, hasta donde se puede llegar nadando.
En voz de los visitantes
Omar y Nelly son una pareja joven de la Ciudad de México que eligieron los Rápidos de Bacalar para disfrutar de su último día de vacaciones y dan fe de que no se equivocaron con la elección.
“Buscábamos para nuestras vacaciones un lugar paradisíaco sin tanta publicidad como Cancún, Ixtapa o Acapulco, Playa del Carmen y lo encontramos. Queríamos estar más en contacto con la naturaleza y no tengo palabras para expresar lo bien que la estamos pasando. Vinimos por tres días y estamos tan relajados que parece que hace más de una semana que estamos acá”, cuenta Omar y Nelly sonríe, asintiendo.
Los chicos estuvieron en Mahahual y duermen en Bacalar. Lo que les encanta de la laguna es que es una “piscina inmensa”, relata Omar. Lo que disfrutan de los rápidos es que es un lugar más estrecho que a la vez ofrece distintos espacios como la corriente para dejarse llevar, lugares para reposar sobre hamacas en el agua, otros para nadar entre pececitos… Esa variedad les encanta.
Antes de irse y después de nadar un buen rato, la pareja disfrutó de un guiso de camarón y pescado a la plancha sentados mirando el agua correr, un poco embelesados y ya extrañando el lugar, aunque aún no se fueron.
Próximamente el Lagoon Club contará también con cabañas que ya están casi listas para brindarle al visitante una estancia más prolongada. Invitan sin duda a vivir la experiencia completa ya que pasar una noche en el lugar es otro gran privilegio.
La noche que circunda la zona está llena de vida natural y hasta el agua tiene otra tonalidad a la luz de la luna. La lejanía con la urbe por la noche hace más amena la estancia. Sin temor a equivocarnos te decimos que lo menos que harás cuando te quedes allí a dormir es mirar tu celular… Hay mucho más para ver…
Más información en Facebook: Los Rápidos Bacalar o al teléfono: 01 983 120 5920.- Cecilia García Olivieri.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]