Las deportaciones masivas y la militarización de la frontera plantean un reto para garantizar el respeto a los derechos humanos y la protección de los migrantes. Con ello, la estabilidad en la relación bilateral debe priorizar el diálogo y la cooperación frente a políticas unilaterales, sostuvo el presidente de Coparmex Mérida, Emilio Blanco del Villar.
Tras la toma de posesión del presidente Donald Trump, se está generando un nuevo capítulo en la relación entre México y Estados Unidos. Este momento, cargado de retos y oportunidades, nos invita a redoblar esfuerzos para consolidar a norteamérica como la región más competitiva del mundo, sostuvo.
En Coparmex, Blanco del Villar señaló que “trabajamos hacia un futuro próspero y la condición en la que se encuentran miles de connacionales ante una posible deportación, es también critica, pero a la vez, representa una oportunidad económica para el país”.
Este país, enfatizó, está impulsando retos muy diversos que permiten impulsar propuestas estratégicas. La próxima revisión del T-MEC es una prioridades. Con ello, será necesario reforzar el acuerdo trilateal con mayor inversión, que será la oportunidad de crecimiento incluyente y el bienestar social en la región.
La declaratoria de emergencia en la frontera norte y la deportación masiva de migrantes, presentan desafíos para los dos países. Estas medidas deben ser abordada como una oportunidad para fortalecer nuestras economías y no como una amenaza.
Los migrantes han sido una pieza clave en el desarrollo y crecimiento de sectores estratégicos y del PIB en Estados Unidos y contribuyen de manera invaluable al bienestar social y económico de ambos lados de la frontera.
Asimismo, debe ser prioridad de cualquier política en materia migratoria, el respeto a los derechos humanos de las personas, por ello, Coparmex estará atento a las tareas que impulsen las autoridades para velar por la seguridad de los yucatecos que puedan ser repatriados, enfatizó.
Por otro lado, la designación de los cárteles del narcotráfico como terroristas, representa una postura contundente contra el crimen organizado y verdadero flagelo para la sociedad que ha recibido la violencia de estas agresiones que el gobierno no ha podido resolver por las salvajes agresiones que han realizado los grupos delictivos.
En este sentido, sostuvo, los retos de seguridad compartidos requieren estrategias bilaterales que prioricen la colaboración, la inteligencia conjunta y el fortalecimiento de nuestras instituciones, evitando decisiones unilaterales que podrían complicar el trabajo coordinado entre ambas naciones.
Hemos insistido, agregó, que la seguridad es desafío compartido que demanda estrategias conjuntas. Por ello, planteamos la importancia de complementar las acciones gubernamentales con iniciativas de prevención y cultura de paz. Es imperativo preservar el Estado de derecho para garantizar la estabilidad necesaria que permita atraer inversión, generar empleos y fortalecer el tejido social en ambos territorios, resaltó.
México tiene ante sí la oportunidad de transitar hacia una economía basada en el valor agregado y la innovación, dejando atrás un modelo centrado únicamente en el ensamblaje y en otras actividades intensivas de mano de obra.
Con el 42.6% del valor final de nuestras exportaciones explicado por procesos desarrollados en nuestro país, estamos preparados para dar un salto hacia adelante. Es momento de replantear nuestra relación con Estados Unidos desde la confianza mutua y como aliados estratégicos repuso.