Con información de La Vanguardia
ESPAÑA, 7 de enero de 2020.- Varias decenas de cohetes cayeron durante la noche de martes a miércoles en la base aérea de Ain al Assad, en el desierto al oeste de Irak, donde se encuentran las tropas de los soldados estadounidenses, según avanzó la televisión estatal de Teherán.
El Pentágono confirmó que más de una decena de misiles balísticos impactaron en dos bases aéreas, las de Al Asad y Erbil, que albergan tropas estadounidenses en Irak, y aseguró que está claro que los cohetes “se lanzaron desde Irán”.
Por su parte, los Guardianes de la Revolución iraní anunciaron que el ataque de su fuerza aérea contra la base militar es un primer paso de su “dura venganza” por el asesinato de su comandante, Qasem Soleimaní.
“Al Gran Satán, el régimen cruel y arrogante de EE.UU., advertimos de que cualquier otra maldad, violación u otras medidas se enfrentará a una respuesta más dolorosa y aplastante”, aseguró el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución en un comunicado colgado en su pagina web.
Minutos después del ataque, el propio gobierno iraní daba a conocer la ejecución de la operación conocida como ‘Martirio Soleimani’, anunciando el lanzamiento de “decenas de misiles tierra aire”. Asimismo, Teherán advertía a los aliados estadounidenses de que no tomaran represalias, y advertía a Trump de que tomarían medidas “todavía más devastadoras” en caso de que el ataque fuera respondido.
El presidente estadounidense, Donald Trump, fue informado del ataque y se mantiene en contacto con su equipo de seguridad nacional, de acuerdo con la Casa Blanca. El mandatario se ha reunido con los secretarios de Estado, Mike Pompeo, y de Defensa, Mark Esper para valorar la situación.
El ataque, del que se desconocen todavía los efectos personales y materiales, se produce apenas 24 horas después de que Estados Unidos informara “por error” de su intención de retirar las tropas del territorio iraquí a través de una carta que posteriormente fue rectificada.
La base aérea de Assad se encuentra en la provincia occidental de Anbar en Irak. Fue utilizado por primera vez por las fuerzas estadounidenses después de la invasión liderada por Estados Unidos en 2003 que derrocó al dictador Saddam Hussein. Más tarde, tropas estadounidenses se instalaron allí en medio de la lucha contra el grupo del Estado Islámico en Irak y Siria.
