Vecinos de Umán y de Flamboyanes, comisaría de Progreso, destacaron la labor de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) al clausurar de manera oportuna un banco de materiales, por lo que evitó que sea un foco de contaminación de micropartículas.
Asimismo, confiaron de que la Profepa también pueda clausurar la cementera que está en el Parque Industrial de Progreso así como la de Umán, debido al daño que generan con la emanación de micropartículas.
En menos de un mes, hay dos logros, primeramente, el pasado 14 de julio, el gobernador Joaquín Díaz Mena, anunció que luego de cuatro décadas de contaminar con micropartículas, la calera Mayacal cerrará sus puertas en Cholul, comisaría de Mérida, ya que será reubicada a finales de este año.
Posteriormente, el pasado 22 de julio, tras detectar el cambio de uso de suelo forestal sin autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para operar un banco de material pétreo denominado “Trituradora de Materiales Quintal”, inspectores de la Profepa impusieron como medida de seguridad una clausura total temporal del predio ubicado en la carretera de Umán.

El dirigente de la asociación Lucha Maya Peninsular, Raúl Quiroz Moo, afirmó que el riesgo de la salud de los yucatecos empeorará con el establecimiento y reapertura de nuevas cementeras y las caleras, pues reciente estudio científico demuestra que la contaminación ambiental generada por estas empresas provoca la aparición de enfermedades neurodegenerativas, tal el caso de la enfermedad de Parkinson, la depresión, el autismo y la ansiedad.
Aseveró que es deplorable la salud de los yucatecos que viven cerca de las caleras, asfalteras, plantas de cemento y bancos de extracción de material pétreo, debido a los componentes de las partículas que emanan de dichas empresas.

Quiroz Moo dijo que este tipo de empresas se deben ubicar alejadas de las poblaciones, en zonas destinadas para el uso industrial, pero debido al acelerado crecimiento de la mancha urbana y el tipo de viviendas, en corto tiempo “el área poblada es afectada.
La situación de complica durante la temporada de invierno, ya que los frentes fríos y los nortes transportan las micropartículas que generan las cementeras instaladas en Progreso, afectando a las familias de Flamboyanes y Dzityá, así como de las diversas colonias, fraccionamientos y unidades habitacionales del norte de Mérida. Lo mismo ocurre con las familias de Umán.
“Con las cementeras instaladas en el corredor del Parque Industrial de Progreso, las corrientes de aire transportan esa contaminación hasta Mérida”, acotó.