La Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) ha dejado una huella importante en la historia del país. A lo largo de sus 103 años de existencia, ha sido parte fundamental de momentos trascendentales para la sociedad, desde procesos de transformación hasta la defensa de la soberanía nacional.
Durante la Segunda Guerra Mundial esto no fue la excepción. En este periodo clave, ocurrieron dos hechos trascendentales: la Declaratoria de la Universidad realizada por el entonces rector Joaquín Ancona Albertos, y la formación del Batallón Universitario.
De acuerdo con Ramón Pérez Herrera, coordinador del área de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Académica de Bachillerato con Interacción Comunitaria (UABIC), durante la Segunda Guerra Mundial, la Universidad adoptó una postura firme sobre los acontecimientos internacionales.
“En el contexto de la guerra, México se había declarado un país neutral, sin embargo, alrededor de 1942, buques alemanes atacaron dos embarcaciones petroleras mexicanas, el Potrero de Llano y el Faja de Oro. Esto obligó al presidente Manuel Ávila Camacho a hacer una declaratoria de guerra contra la Alemania Nazi y así México entró al conflicto de manera formal”, detalló.
Ante esta situación, y por iniciativa de la entonces Federación Estudiantil de Yucatán (FEY), se organizó el primer Batallón Universitario, un grupo respaldado por el rector Ancona Albertos, compuesto por estudiantes de la Escuela Preparatoria y de las Facultades que en ese entonces integraban esta institución.
Días después, en el patio central del ahora Centro Cultural Universitario, y en presencia del Batallón y de toda la Comunidad Estudiantil, el rector Joaquín Ancona Albertos hizo un pronunciamiento en el que condenó el ataque a México por parte de los alemanes nazis.
“Con esto, se refuerza la idea y la importancia que tenía la formación del Batallón. Y es que en ese entonces era muy extraño este tipo de formaciones, incluso se hablaba de que el Batallón Universitario sería un contingente de guerra en caso de que el país sufriera una invasión”, explicó.
Finalmente, el conflicto no escaló y el grupo quedó como una experiencia para los universitarios. No obstante, a partir de este evento, se tomaron ciertas medidas y se crearon disposiciones generales para ofrecer formación militar al estudiantado.
Según detalló el maestro Pérez Herrera, se adoptó un reglamento de infantería y se integró en los planes de estudio de la preparatoria la educación militar, en la que se incluían las posiciones y manejo de instrumental militar básico, así como técnicas de marcha, entre otros aspectos.