Mientras la fauna silvestre de Yucatán enfrenta graves amenazas, las autoridades responsables de protegerla parecen mirar hacia otro lado. En redes sociales, un usuario identificado como René Zapata, vecino de Tekax, Yucatán, presume abiertamente la caza furtiva de venado, incluso compartiendo imágenes de sus “trofeos” y del dinero que habría obtenido por la venta ilegal de carne.
A pesar de contar con un negocio formal en la venta de flores, Zapata aparentemente también se dedica a una actividad que pone en riesgo de extinción a especies silvestres de la región, sin que hasta el momento exista una intervención clara por parte de las autoridades correspondientes.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) deberían verificar de inmediato si el señalado cuenta con permisos válidos para dicha actividad, y en su caso, actuar con base en la ley.

En México, la caza de venado solo está permitida en Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), lugares autorizados por la SEMARNAT que operan bajo estrictas regulaciones. Cualquier actividad cinegética realizada fuera de estas zonas constituye un delito federal, sancionado con multas de 300 a 3,000 días de salario mínimo y hasta nueve años de prisión.
La pasividad de las instituciones encargadas de proteger la biodiversidad contrasta con la impunidad con la que operan quienes lucran con la vida silvestre. Ambientalistas y ciudadanos exigen una actuación inmediata y ejemplar por parte de la PROFEPA y otras instancias federales para frenar este tipo de delitos que atentan contra el equilibrio ecológico de la región.
Mientras tanto, las pruebas de esta actividad ilegal siguen a la vista de todos en redes sociales, reflejando un preocupante vacío en la aplicación de la ley.