La presencia de la cotorra argentina en la ciudad de Mérida, detectada durante el monitoreo de loros urbanos coordinado por la Asociación Proyecto Santa María, podría deberse a liberaciones accidentales o escapes de ejemplares que alguna vez fueron adquiridos como mascotas.
Así lo explicó la doctora Vanessa Martínez García, coordinadora del monitoreo, quien señaló que esta especie fue introducida a México principalmente con fines domésticos, pero su comportamiento ruidoso ha llevado a que muchas personas opten por liberarlas.
“Normalmente, con esta especie se trata de escapes. O fue una liberación accidental —accidental entre comillas— o fue una decisión irresponsable”, comentó. “Es una especie muy escandalosa y, al no gustarle a la gente, terminan soltándola”.
La especialista advirtió que la cotorra argentina (Myiopsitta monachus) puede representar un riesgo para las especies locales si su población continúa aumentando, como ha ocurrido en otras partes del país, especialmente en ciudades como Monterrey y Ciudad de México, donde los reportes se han vuelto frecuentes.
Uno de los principales problemas que representa esta especie es su facilidad para adaptarse al entorno urbano y su particular forma de anidación. A diferencia de otros loros, la cotorra argentina construye nidos grupales, grandes estructuras que instala en árboles o postes de luz, ocupando numerosas cavidades que pueden ser utilizadas por varias aves al mismo tiempo.
“Se reproducen con facilidad y su presencia puede ser una desventaja para las especies nativas, al competir por espacio y alimento”, agregó Martínez García.
La aparición de esta especie durante el monitoreo subraya la importancia de la regulación del comercio y tenencia de aves exóticas, así como de la educación sobre las consecuencias ecológicas de liberar animales domésticos en la naturaleza.
Este hallazgo se suma a los resultados del monitoreo de loros urbanos que se realiza con la participación de más de 180 ciudadanos, y que ya ha identificado seis especies de loros presentes en Mérida, entre ellas tres no nativas, incluida esta cotorra.