El ISSTEY y el SIRJUM se han convertido en instrumentos de desvío de recursos que golpean directamente el patrimonio de los trabajadores. Aunque en el papel las inversiones parecen prometedoras, detrás de ellas se esconden trampas crueles que han dejado a las instituciones sin un centavo.
Es inaceptable que, pese a las claras señales de fraude, estas prácticas continúen.
Resulta alarmante cómo Grupo Escorfín, encabezado por Roberto Guzmán García y en coordinación con Fernando Vega Espinosa, ha operado impunemente bajo las administraciones de Ivonne Ortega, Rolando Zapata y Mauricio Vila, y cómo Renán Barrera terminó sumándose a este esquema.
Es momento de poner un alto a esta injusticia. Invitamos a todos los trabajadores, activos y jubilados, con fondos en ISSTEY y SIRJUM, a unirse en una exigencia colectiva para que las autoridades investiguen y cancelen las inversiones con Grupo Escorfín y empresas similares, y obliguen a optar por instituciones financieras sólidas y transparentes.
Ya basta de permitir que los políticos jueguen con el futuro de los trabajadores, enriqueciéndose a costa de su seguridad financiera.
Hoy los empleados enfrentan un instituto debilitado, con liquidez comprometida y un porvenir incierto para sus pensiones.
El ISSTEY pasó de ser una promesa de seguridad social a convertirse en un ejemplo de cómo el marco legal puede ser manipulado para blindar la irresponsabilidad financiera y el privilegio político.