En un inusual operativo, policías de Celestún detuvieron a dos ladrones, apodados “La Morsa” y “Pinocho”, utilizando un tirahule para someterlos.
Los sujetos ingresaron a un predio para robar, pero al verse acorralados, uno intentó huir por el techo y lanzó piedras a los agentes. La situación se complicó hasta que los uniformados usaron el tirahule como distracción, logrando que tres policías subieran y lo sometieran.
“La Morsa” terminó llorando durante su arresto, mientras que su cómplice fue detenido sin oponer resistencia.