[vc_row][vc_column][vc_column_text]La zona arqueológica de Chichén-Itzá, a casi 30 años de haber sido declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, aún guarda en sus inmediaciones muchos misterios por descubrir, informó el director del sitio, Marco Antonio Santos.
En entrevista con Notimex, recordó que en el año de 1988 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) otorgó el título de Patrimonio Mundial a esa antigua ciudad maya, por lo que en el 2018 se cumplirán 30 años de ese acontecimiento.
A lo largo de estos años, el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha realizado tareas de conservación e investigación de lo que fueron las estructuras principales de la ciudad como el caso del emblemático edificio de “El Castillo” (o la gran pirámide de Kukulcán) y sus alrededores.
Sin embargo, la realidad es que todas las estructuras que han sido rescatadas, rehabilitadas y conservadas en los últimos años, no representan ni el 10 por ciento de lo que en momento de plenitud fue este centro cultural y político de la vieja civilización maya.
“Fue uno de los asentamientos más extensos del centro-norte de la península de Yucatán. En su época de mayor esplendor, fue la ciudad más poderosa de la región y se calcula que abarcó una dimensión de más de 10 mil hectáreas por lo que seguramente aún hay muchos edificios o vestigios que podrían estar enterrados o escondidos”, explicó.
“Lo que se conoce y se ha descubierto del sitio es digamos la zona que fue de mayor influencia y relevancia en la antigua ciudad, pero Chichén-Itzá, aún tiene mucho por explorar y seguramente en el futuro se lograrán más y nuevos hallazgos que nos darán más información de lo que llegó a ser este lugar”, añadió.
De hecho, recientemente en la propia pirámide de “El Castillo” se encontró otra pirámide de menor tamaño dentro de su estructura con una tomografía de resistividad magnética, hallazgo que se dio a conocer a nivel nacional en noviembre del año pasado.
Según los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del INAH, la recién descubierta pirámide fue construida entre los años 550 y 800.
La estructura del medio fue descubierta en los años 1930 y se estima que data de entre los años 800 y 1000 después de cristo, mientras que se cree que la principal parte exterior, conocida como “El Castillo”, fue terminada entre 1050 y 1300.
El hecho confirma que aún hay mucho por descubrir en el sitio arqueológico y que en la medida en que se destinen mayores recursos a los trabajos de investigación, seguramente Chichén-Itzá seguirá sorprendiendo a propios y extraños.
Santos Ramírez indicó que además de las investigaciones, a lo largo de estos 30 años los especialistas del INAH han hecho un enorme y eficiente trabajo para la conservación de las estructuras que ya han sido rescatadas y que son visitadas a diario por miles de personas.
La labor no es tan sencilla y además del chapeo, limpieza de maleza, acciones para evitar daños por la humedad y el paso de las personas, también exigen una labor titánica en el tema de la limpieza del sitio.
El directivo explicó que a diario son retiradas del lugar unas dos toneladas de basura, por lo que un día que no se haga la limpieza, se hace más que evidente en la imagen que proyecta el sitio y también significaría un riesgo para las propias estructuras.
Resaltó que para festejar los 30 años de la declaración de Chichén-Itzá como Patrimonio de la Humanidad, se montará en el sitio una exposición con los trabajos que realizó la arqueóloga Adela Bretón en su aventura de exploración por Yucatán y en especial en la antigua ciudad maya que también es considerada una de las nuevas maravillas del mundo moderno. (Fuente: Notimex)[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]