En la Catedral Metropolitana de San Idelfonso de Toledo, los yucatecos se unieron espiritualmente con los fieles de Mérida, España, durante la ceremonia eucarística en honor a Santa Eulalia.
El obispo auxiliar, Mario Medina Balam, ofició la misa en honor a la virgen santa, como parte de la clausura del Año Jubilar Eulaliense que inició el 11 de diciembre de 2023, en Badajos, España.
Durante la celebración eucarística, acompañada con el órgano de la Catedral y el aroma del incienso, explicó que la mártir “padeció tormentos, cuya sangre también fue derramada, como la de Cristo”.
“Badajoz fue la cuna del cristianismo en España, y con el Año Jubilar se renueva la devoción a Santa Eulalia”, expresó durante la entrevista concedida al término de la misa.
En el evento se enunció un fragmento del himno a Eulalia emeritense compuesto por el poeta Prudencio, a finales del siglo IV, como testimonio de gran valor en la persecución de Diocleciano, ya que fue ella la que unión a la fe a los españoles.
Señaló que habiendo prohibido el emperador romano dar culto a Jesucristo, Eulalia, con solo doce años, se presentó ante el gobernador Daciano protestando valientemente contra las leyes que prohibían al Dios verdadero y que por ser injustas no podían ser obedecidas por los cristianos.
Agregó que Daciano, intentando salvarla de un doloroso martirio trató de convencerla primero con halagos y, posteriormente, mostrándole los tormentos de tortura. Sin dejarse amedrentar Eulalia respondió con seguridad: “Al sólo Dios del cielo adoro; a El únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más”.
El juez ante semejante respuesta mandó que la destrozaran golpeándola con varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas. La hermosa cabellera de Eulalia se incendió y la joven murió quemada y asfixiada por el humo, narró ante los presentes.
Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una blanca paloma que volaba hacia el cielo… La nieve cubrió el cadáver de quien había alcanzado la doble corona de la virginidad y la del martirio.
Eulalia nació en Mérida, España, hacia el año 304. El papa Urbano VIII la proclamó patrona de la Diócesis de Oviedo y de la capital del Principado.
Entre los asistentes a la misa estaba el presidente de la Asociación de Empresarios de Mérida y Yucatán (AEMY), Rubén Coronado Alcocer.