[vc_row][vc_column][vc_column_text]Ante el intento de trasladar la cámara hiperbárica, de 23 plazas del Hospital O’Horán a las instalaciones de la Marina en Veracruz, el grupo financiero Banorte interpuso una denuncia ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) contra el secretario de Salud de Yucatán, Jorge Mendoza Mézquita.
La queja de la institución mercantil, que entregó parte de la inversión millonaria para instalar el equipo, derivó en la llegada de personal de la SFP que vino a inspeccionar las condiciones del equipo y a entregar la notificación de una sanción económica al responsable de la salud en Yucatán, a fin de que responda por qué se tomó la decisión de prescindir de la cámara.
Por este desvío de fondos, el secretario de Salud se hizo acreedor a una multa de $175 mil pesos.
La denuncia de Banorte se presentó luego de que Yucatán Ahora hizo públicos los planes del gobierno de Yucatán de regalar la cámara hiperbárica, a pesar de que en el estado sería de gran ayuda para aliviar enfermedades tan arraigadas como peligrosas entre la población yucateca.
Como informamos en su oportunidad, grupo financiero Banorte aportó $11 millones de pesos en enero de 2009 para la adquisición de la cámara hiperbárica. Posteriormente, el 30 de diciembre de 2011, se anunció que se destinó un monto por $70 millones de pesos en la adquisición de muebles, equipo médico y quirúrgico, así como material de apoyo, entre otros objetos que requería para su funcionamiento.
Sin embargo, nunca operó y la excusa que se ofreció fue la falta de liberación de recursos por parte del gobierno federal.
El equipo tiene capacidad para atender a 23 personas al mismo tiempo, a diferencia de la cámara monofocal, que solo puede hacerlo con una.
El equipo mejoraría de manera sustantiva la salud de pacientes con problemas circulatorios, diabéticos, artríticos o personas con problemas vinculados a infartos cerebrales, así como a los buzos y pepineros con problemas de descompresión.
Con la cámara hiperbárica se evitaría la amputación de órganos, principalmente de pacientes diabéticos, lo que también redundaría en evitar afectaciones a la autoestima del enfermo, en costos por servicio de hospitalización, curación e intervenciones quirúrgicas.
El equipo, cuyas piezas se adquirieron en diversas naciones de Europa para ensamblarse en Mérida, mide 17 metros de largo por 10 de ancho y cuenta con sillones tipo “reposet”, los cuales ya le fueron arrancados.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]