Un caballo que jalaba una calesa se desplomó en la calle 62, entre 65 y 67, en pleno Centro de Mérida, provocando alarma entre turistas y vecinos.
Testigos corrieron para auxiliar al animal, que permaneció unos cinco minutos en el suelo antes de reincorporarse. De acuerdo con declaraciones de los presentes, el calesero afirmó que el equino había bebido agua, aunque las personas le exigían darle más líquido. Explicó que la caída pudo deberse a aceite derramado en el pavimento y reconoció que el caballo trabajaba desde las 4 de la tarde.
Una vez de pie, el animal continuó el recorrido con los pasajeros a bordo, dejando entre los presentes un sentimiento de preocupación e indignación por las condiciones en que operan estos servicios turísticos.