Para la señora Anahí de María G. L., volver a casa pedaleando su bicicleta no solo fue un alivio, sino también una muestra de que aún hay gestos que hacen la diferencia. Su bicicleta, que había sido robada del patio de su vivienda en la Colonia Nueva Sambulá, fue localizada y devuelta gracias al seguimiento de las autoridades y la colaboración de personas que decidieron hacer lo correcto.
Tras días sin saber nada de su vehículo, recibió la noticia de que había sido recuperado y que podía pasar por él. La bicicleta había llegado a manos de un tercero, quien al enterarse de su procedencia, decidió regresarla.
Conmovida, la señora Anahí agradeció el esfuerzo de quienes hicieron posible que la historia tuviera un buen final. “No pensé que la volvería a ver”, dijo, mientras salía acompañada por la bicicleta que forma parte de su día a día. Una historia sencilla que habla de empatía, atención y de cómo los pequeños actos pueden marcar la diferencia en la vida de alguien.