[vc_row][vc_column][vc_column_text]Conforme pasan las horas, y en espera de que sea presentado ante la justicia, siguen surgiendo nuevos datos relacionados con Carlos Valle Yah, el joven de 19 años señalado como asesino de la niña de seis años hallada en un pozo de Tahdziú.
La menor, como hemos informado, fue violada y estrangulada antes de ser arrojada al pozo de 25 metros de profundidad, donde fue encontrada el martes en las primeras horas de la tarde, luego de permanecer desaparecida desde el lunes.
Su presunto asesino, de acuerdo con vecinos de Tahdziú, tiene antecedentes de otros ataques de carácter sexual contra niñas de la localidad.
Es un sujeto sin oficio ni beneficio, es decir, un nini porque ni estudia ni trabaja, pero sí está dedicado a la malvivencia junto con otros de sus familiares que se dedican a cometer robos.
Sin embargo, nunca se procedió contra él porque sus padres lo protegen y porque es ahijado del presidente municipal, Pedro Yah Sabido, a quien los vecinos le exigieron que expulse del pueblo a la familia de Valle Yah o ellos tomarán la justicia por sus manos.
Yah Sabido le pidió a la gente que recabe firmas para presentarlas antes las autoridades superiores, y en caso de que no accedan, dejará que el pueblo proceda.
Varias personas tomaron la iniciativa y ya comenzaron a recabar firmar entre sus vecinos, en espera de que puedan tener ya tranquilidad en esta comunidad sureña, cercana a Peto.
De acuerdo con lo que se informó, el lunes a las 4 de la tarde la niña se quedó en casa de una tía porque su madre fue al cementerio de la localidad.
Cuando la mamá volvió del panteón, aproximadamente a las 7 de la tarde, mandó a su hija mayor por la infante y le informaron que no estaba porque se había retirado, y desde entonces se desconoció su paradero.
Los familiares esperaron al día siguiente para reportar la desaparición, cuando dieron las características de la menor e informaron que vestía un hipil blanco con cintas azules en las mangas y estaba sin zapatos.
Tahdziú, de unos cinco mil habitantes, es considerado el municipio más pobre de Yucatán, con niveles de marginación comparables a los de África. De acuerdo con estadísticas del Inegi, el 91.5% de su población vive en pobreza y el 50 por ciento en la miseria.
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