[vc_row][vc_column][vc_column_text]Radar Político/Columna
Mentir parece que se ha convertido en el pasatiempo favorito del secretario de Salud, Jorge Mendoza Mézquita, pues además de que no le informa al gobernador Rolando Zapata de la situación real que guardan, más bien esconden, los hospitales y clínicas del sector salud, también lo engañó sobre las cifras reales de la influenza en Yucatán y lo que se veía venir con esta mortal enfermedad.
En nuestra edición de ayer evidenciamos las graves carencias que tiene el hospital San Carlos de Tizimín, donde no solo no tienen quirófano sino que además los cascajos de este imprescindible equipo para realizar cirugías permanecen abandonados en un lugar “secreto”, fuera del alcance de miradas indiscretas.
Sobre la influenza, Méndoza Mézquita ignoró todas las recomendaciones que se le hicieron para que previniera el brote que expertos veían venir.
A pesar de que organismos nacionales e internacionales le pidieron que se implementaran medidas sanitarias emergentes, porque cíclicamente cada cuatro años, con motivo de los juegos olímpicos y mundiales de futbol, hay proliferación masiva de virus por la gran movilidad de personas que se registra de un continente a otro.
No solo las estadísticas de casos y muertes están desfasadas dos semanas, también las medidas emergentes, como la instalación de filtros sanitarios en terminales aéreas y portuarias, así como de transporte terrestre.
Igual el uso de cubrebocas para todos los que entren y permanezcan en los hospitales, no solo personal médico y pacientes sino también sus familiares y quienes los visiten.
Pedirle a la población que deje de asistir a lugares públicos, y no saludar de mano, beso y abrazo.
En la medida de lo posible, no utilizar el transporte público y lavarse las manos cada vez que se tenga contacto con objetos de uso público.
De acuerdo con expertos, quizás en medio de la desconfianza propiciada por la Secretaría de Salud estas medidas puedan a sonar “exageradas”, pero sería la única manera de evitar que ocurra lo que ya pronosticó la propia SSY: un repunte de casos en las próximas dos semanas.
Lo más grave de esto, advierten expertos consultados, es que los epidemiólogos oficiales juegan con las cifras, pues sin bien la tasa de morbilidad (número de casos nuevos) no es elevada, y la tasa de mortalidad (número de defunciones entre el total de habitantes) tampoco lo es, por el contrario la letalidad (número de defunciones entre el número de personas que enferman) es altísima.
Casi el 30 por ciento, o sea tres de cada 10 que les da influenza A H1N1, se mueren.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]