MÉRIDA, 29 de enero de 2020.- Tras ser encontrado penalmente responsable de los delitos de violación equiparada agravada y de abuso sexual agravado, M.A.N.S. fue sentenciado a 37 años y un mes de prisión.
El sujeto, quien trabajaba en una tienda de autoservicio, está acusado de haber abusado sexualmente de un niño que trabajaba como “cerillito” o empacador en el mismo establecimiento.
Los hechos por los que se le sentenció ocurrieron en diciembre de 2018 y enero de 2019 en el fraccionamiento Diamante Paseos de Opichén.
El caso llegó hasta juicio oral porque el acusado se negó a declararse culpable en un proceso abreviado, pues siempre alegó que sostuvo relaciones sexuales con el menor de manera consensuada, es decir, que ambas partes estaban de acuerdo.
Incluso dijo que era el jovencito quien lo buscaba y fue el menor quien dio pie a que surgieran los encuentros sexuales, los cuales sucedieron en casa del agraviado y hasta en la tienda donde ambos laboraban.
La madre del menor tambien trabajaba en el mencionado establecimiento y fue ella quien descubrió las cosas al encontrar unos mensajes en el celular del jovencito.
Sin embargo, los jueces consideraron que el menor de edad no tiene todavía discernimiento para definir sobre su sexualidad, de tal manera que ahí la responsabilidad recaía en el adulto.
En consecuencia, el Tribunal Segundo de Juicio Oral emitió un fallo condenatorio que derivó en la sentencia de la pena privativa de la libertad, además de condenarlo al pago de la reparación del daño por 80 mil pesos y la cantidad de 93 mil 657 pesos en concepto de multa.
De acuerdo con la carpeta de investigación, los hechos ocurrieron en diversas fechas del mes de diciembre del año 2018 y los primeros días de enero del año 2019, cuando el sentenciado haciendo uso de la violencia física y moral cometió los delitos en agravio del menor de edad.