A casi dos meses de haber sido brutalmente atropellada, la joven María Fernanda sigue postrada en una cama, sin poder caminar y sin recursos para continuar con su tratamiento médico, mientras que el presunto responsable del accidente, identificado como Xacur, continúa en libertad y sin responder por los daños ocasionados.
El incidente ocurrió el pasado miércoles 12 de marzo en el anillo periférico de Mérida, a la altura del puente de Temozón. María Fernanda iba como pasajera en una motocicleta Pulsar conducida por su novio, quien transitaba por la vía lateral —como lo indica el reglamento, ya que las motos no pueden subir puentes— cuando, al intentar incorporarse tras realizar su alto en la glorieta, fueron embestidos por una camioneta que los chocó por detrás.
El impacto fue tan violento que ambos salieron proyectados, pero la peor parte se la llevó María Fernanda. Testigos relataron que, en su intento de escapar, el conductor de la camioneta la arrastró varios metros pese a los gritos de otros automovilistas para que se detuviera. No solo no frenó, sino que le pasó por encima, causándole graves lesiones en la espalda y la cabeza.
Desde entonces, la joven no ha recibido justicia. El presunto responsable se dio a la fuga y, aunque fue plenamente identificado no ha enfrentado consecuencias legales ni ha cubierto los gastos médicos, los cuales han recaído por completo en la familia de la víctima, quienes son de escasos recursos. Padres, familiares y amigos han recurrido a rifas y empeños para poder costear los tratamientos urgentes que María Fernanda requiere.
Este caso pone nuevamente en evidencia la desigualdad en el acceso a la justicia en Yucatán, donde las víctimas sin recursos enfrentan un doble castigo: el del sufrimiento físico y el del abandono institucional.
La exigencia es clara: justicia para María Fernanda y que Xacur asuma las consecuencias de sus actos.