Autoridades municipales de Kinchil, en Yucatán, autorizaron el desmonte de más de 2 millones de metros cuadrados de selva para la construcción de casi 4 mil lotes residenciales.
Este megaproyecto privado no tiene precedentes en Yucatán. Lo que más preocupa a los ambientalistas es su impacto ambiental severo: la deforestación masiva no solo destruye el hábitat natural, sino que también compromete el frágil suelo kárstico de la región.

Además, este tipo de desarrollos ha sido señalado por vulnerar los derechos de las comunidades indígenas, amenazando su territorio, autonomía y soberanía.
Kinchil, cabecera del municipio del mismo nombre, se ubica a unos 35 km al noroeste de Mérida y a 10 km al suroeste de Hunucmá. En esta zona se pretende construir el desarrollo inmobiliario denominado “Santuario Totem”, impulsado por el Corporativo Badar Inmobiliario.

Según el permiso otorgado, por el exalcalde Carlos Valentín Dzib Pech, el proyecto se edificará en el tablaje catastral No. 3,037, con una superficie total de 2,291,750 m². El desarrollo incluirá:
• 3,963 lotes habitacionales
• 153 lotes para usos mixtos
• 44 lotes para áreas verdes
• 44 lotes para equipamiento y servicios
• 1 lote en reserva
Hasta ahora, no se ha confirmado si el corporativo cuenta con las autorizaciones necesarias por parte de dependencias federales como SEMARNAT e INAH, indispensables para realizar el desmonte legalmente.