La inflación y la pérdida de capacidad de compra del consumidor se reflejó en el Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI) que publicó el Inegi esta semana. El reporte indicó que, en enero pasado, el consumidor mexicano redujo su capacidad de compra de productos en un 5 por ciento, esto es, un 4 por ciento más que en 2024.
El Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI), mide la evolución del gasto realizado por los hogares en bienes y servicios de consumo, tanto de origen nacional como importado, permitiendo con ello dar seguimiento de forma mensual al componente más significativo del producto.
El informe económico del Inegi establece una importante pérdida en la capacidad de compra del consumidor.
Los datos del Inegi indican que, la denominada ‘cuesta de enero’ fue mucho mayor para las familias debido a los incrementos en productos de bienes y servicios, de la misma forma, el aumento salarial aprobado entre obreros y patrones se ‘pulverizó’ con la inflación que sigue presionando a los trabajadores con menores ingresos.
El IMCPMI detalló que, enero de 2025 representó el impacto económico más alto, desde el reinicio formal tras la pandemia del Covid-19 en 2021, cuando se recuperó la economía luego de largos meses de alta incertidumbre que ocasionó el cierre de negocios, despidos y desempleo que afecto a millones de mexicanos.
La medición del Inegi destaca el impacto de la inflación de enero en el bolsillo del consumidor final que redujo de manera importante su capacidad de compra, principalmente de bienes de consumo de primera necesidad, en su caso, alimentos y productos para la mesa de las familias.
El indicador del Consumo Privado en el Mercado Interior hace referencia también al grado de deterioro de la economía, debido a la falta de liquidez para satisfacer condiciones de vida, lo que aplica también con el referente del alto volumen de endeudamiento de la población a través de sistemas bancarios y mecanismos financieros para alcanzar sus niveles de vida deseados.
Según datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Conducef), de la población con deuda, 27,3 por ciento se atrasó en el pago de algún préstamo o crédito: las mujeres sumaron 26,1 y los hombres, 28,5 por ciento, lo que establece que, un tercio de la Población
Económicamente Activa -PEA-, tiene problemas para alcanzar sus condiciones de vida más importantes y solventa sus condiciones con créditos, que reportan alta tasa de morosidad.