El profesor Ariel Avilés Marín recibió esta tarde la Medalla de Honor “Héctor Victoria Aguilar”, la máxima presea que entrega el Congreso del Estado de Yucatán. En ese marco se declaró hombre de izquierda, de lucha y en ese camino se morirá.
“Educación, cultura y deporte han impulsado mi vida, han sido mi trinchera de lucha, y lo seguirá siendo. Soy hombre de izquierda, así me declaró y así seguiré en lo que me quede de vida, éste ha sido mi camino y en él me moriré”, afirmó en tribuna.
Al acto solemne asistió el gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena y la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Yucatán, la Magistrada María Carolina Silvestre Canto Valdés.
Al final de su discurso, Avilés Marín pidió que se regrese la luz y sonido de Uxmal, ya que formó parte de una triada que constituyeron un Patrimonio del Mundo.
“Entre los muchos disparates que cometió una no muy recordable secretaria de turismo (Michelle Fridman) estuvo la cancelación del luz y sonido de Uxmal, que junto con el de Atenas y las Pirámides de Egipto eran los tres luz y sonido del mundo considerados como patrimonio cultural.
Y es que el de Yucatán, recordó, tenía texto de la obra Tierra del Faisán y del Venado de Antonio Mediz Bolio, su música era el poema sinfónico Tribu de Daniel Ayala Pérez y las voces de la grabación eran de la del inolvidable Orfeón Yucatán, dirigido por el Dr. Tello.

En otra parte de su mensaje, el maestro Avilés Marín recordó su paso por la educación, cultura y deportes, sus máximas actividades en la vida pública y privada.
“Bregar por esos caminos es una decisión de vida que no siempre es fácil, no hay mejor camino como la educación, cultura y deportes, pues son trascendentales en ese orden”, dijo.
Sin educación, la sociedad marcha como nave sin rumbo.
“Es como el aire que nos mantiene vivos, desde los 17 años y 55 años después lo sigo haciendo, y seguirá hasta que me quede vida”, indicó.
Sobre la cultura dijo que la debe a sus padres, que no había compañía de teatro a la que no lo llevarán.
“De especial importancia fue el taller del abuelo: Enrique Gottdiener Soto, pues la crema y nata del arte y cultura lo visitaba y yo tuve el privilegio de tomar café en tazas de piratas, y escuchar a todos los artistas de su tiempo”, recordó.
“El deporte llegó a mi vida por la vía del Club Escuela Modelo en 1974 y cuando nos quedamos sin liga por cinco años nos mudamos a la Liga Marcelino Champagnat, tiempos de gratos recuerdos”, dijo.
En 1980 fundó la Liga Juan N. Cuevas, que ha llegado a ser de las mejores de Yucatán y de 1979 a 1981 fue responsable de las selecciones juveniles de Yucatán, en donde fueron campeones nacionales. Y en 2003 fundó la Liga Premier, de la que fue presidente por tres años.
“Concurro con gran alegría a recibir está máxima presea, la Medalla Héctor Victoria Aguilar, quien fue un hombre que trascendió al presentar el Art. 123 de la Carta Magna, la más revolucionaria de todas las que se incluyeron en la Constitución de 1917”, recordó.
“No diré que es inmerecida, pues si fuera así no hubiera aceptado, pero la recibo con la mayor humildad y la dedico a mis maestros, Enrique Vidal Herrera y Luis Fernando Brito Pinzón a cuya memoria dedico esta distinción”, dijo con la voz entrecortada.
La medalla le fue impuesta por la diputada presidenta de la Mesa Directiva, Estefanía Baeza Martínez, con el gobernador y la magistrada como testigos, mientras que la semblanza del homenajeado y de don Héctor Victoria la leyó el diputado Erick Quijano.