[vc_row][vc_column][vc_column_text]Ante la amenaza que les representa una mega granja de cerdos, el pueblo de Homún se organiza para cuidar el agua, proteger su territorio y defender sus derechos como pueblo maya.
Homún es un pueblo maya de tradiciones ancestrales y rodeado de cenotes con los que mantiene una estrecha relación cultural y simbólica. El municipio está ubicado en la reserva geohidrológica “Anillo de Cenotes”, específicamente, en la zona de “recarga” de dicha reserva, que prohíbe expresamente actividades que no sean compatibles con el cuidado del medio ambiente o que tengan un impacto negativo en los ecosistemas, de acuerdo con los artículos 7 y 8 del decreto 117.
Sin embargo, precisamente en esta zona se pretende construir una mega granja de cerdos, un proyecto empresarial impulsado por inversionistas de Mérida que, sin que el pueblo de Homún esté enterado ni haya dado su autorización, han obtenido ya algunos permisos para el negocio.
A las personas de Homún les preocupa la contaminación de las aguas, los riesgos para la salud y la amenaza a una de las principales actividades económicas del pueblo que consiste en el turismo ecológico, visitas guiadas a los cenotes y paradores turísticos alrededor de la zona.
De acuerdo con las preocupaciones que personas de Homún expresaron, el pueblo no fue debidamente informado ni consultado acerca de este proyecto.
Homún es un pueblo maya y, por serlo, tiene derecho a ser consultado acerca de cualquier proyecto que pretenda desarrollarse en su territorio, además de que tiene derecho por supuesto a cuidar, proteger y participar en el diseño de las acciones para preservar el medio ambiente y sus recursos naturales, tal como establece la Declaración de las Naciones Unidas de la ONU sobre Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT, el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales así como la Constitución Política de México.
El derecho a la consulta está estrechamente vinculado al derecho a la libre determinación de los pueblos y según los principios de la libre determinación y el derecho al consentimiento, el pueblo maya tiene derecho a dar, negar, y/o retirar su consentimiento a un proyecto que les afecte a ellos o sus territorios y ese consentimiento, si se otorga, tiene que darse de manera libre, previa e informada.
Los pueblos tienen el derecho de negociar las condiciones de diseño, implementación, supervisión y evaluación de los proyectos. Además, los pueblos tienen derecho a ser los principales beneficiarios de los proyectos económicos que se desarrollen en sus territorios.
Nada de esto les ha sido expuesto ni informado ni consultado, lo cual preocupa pues indica que en la práctica continúan violentándose los derechos del pueblo maya de Yucatán y persiste una relación de desprecio hacia los pueblos.
Mucho más preocuparía constatar que tiene preponderancia el interés económico empresarial de inversionistas ajenos al pueblo que las personas que conforman el pueblo maya.
La relación simbólica con los cenotes del pueblo de Homún y de los pueblos vecinos es ancestral, así como las leyendas y tradiciones vinculadas con ellos.
Se sabe que, ante las omisiones de las autoridades y ante la amenaza que les representa la granja, personas de Homún se han constituido en guardianes de los cenotes y que están realizando ellos y ellas mismas las acciones omitidas por el gobierno: hacerse de información y consultarse.
Se exige al gobierno respetar plenamente el derecho del pueblo maya de Homún, no obstaculizar las acciones que realizan ni difundir información amañada o sesgada a favor de la empresa.
Además, exigen cumplir escrupulosa y estrictamente sus obligaciones en materia de cuidado del medio ambiente y del agua. (Equipo Indignación)[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]