[vc_row][vc_column][vc_column_text]Yucatán es uno de los Estados del país con mayor número de actividades en las que predomina el maltrato animal, relacionadas principalmente con festividades tradicionales, dio a conocer la organización de protección animal Sociedad Internacional Humana (HSI – México).
En México, hay al menos una decena de tradiciones donde se tortura hasta la muerte a diferentes tipos de animales, tanto domésticos como silvestres.
El director ejecutivo de la HSI – México, Daniel Antón Aguilar García, ejemplificó el caso de las peleas de gallos, los jaripeos, los torneos de lazo y las corridas de toros, entre otras, pero el acto de gran crueldad animal es el Kots Kaal Pato, festividad que por muchos años se efectuó en Citilcum, comisaría de Izamal, pero que desde 2015 ya no se practica como parte de los festejos a San Bartolo.
Comentó que para el desarrollo de éste evento, que era parte de la fiesta de pueblo, los participantes metían iguanas y zarigüeyas en piñatas para luego matarlas a palos, además de colgar patos por las extremidades para arrancarles la cabeza con las manos.
“Afortunadamente, la última vez que se realizó fue hace dos años, en abril de 2015, y espero que las prácticas de maltrato animal no regresen a esta comunidad”, acotó.
Estableció que “es el primer festival de este tipo que hemos podido transformar y esperamos que dé un impulso para cambiar otras fiestas en las que se maltratan a los animales”.
Aguilar García expuso que la mayoría de las fiestas crueles en México están relacionadas con alguna fiesta patronal, en la que se celebra a santos católicos.
Consideró tal fenómeno como contradictorio, siendo que la religión católica tiene una larga tradición de compasión por los animales y recientemente el papa Francisco escribió la encíclica “Laudato si”, en la que llama al cuidado del medio ambiente y de los animales.
Recordó que cuando HSI México se enteró de la existencia del Kots Kaal Pato, se contactó al párroco del poblado para intentar poner fin a la crueldad animal, y afortunadamente, el sacerdote aceptó, al igual que el ayuntamiento de Izamal.
De manera inmediata, integrantes de las organizaciones locales Albergue Franciscano del Animal Desprotegido, A.C. y Movimiento Consciencia, comenzaron la transformación de la fiesta de San Bartolo.
Por ende, se organizaron concursos y eventos culturales sin crueldad animal, se dieron pláticas en las escuelas, desde preescolar hasta bachillerato, para concientizar sobre la importancia de cuidar y proteger a los animales
“La respuesta es bastante buena, autoridades y ciudadanos decidieron cancelar permanentemente las prácticas de violencia contra los animales”, abundó.
Silencio ante la violencia
Las fiestas y las tradiciones crueles no siempre son prácticas antiguas, algunas tienen pocas generaciones de haberse instaurado.
“En la comunidad de Izamal, los adultos mayores nos decían que el Kots Kaal Pato antes no era así, que sí existía la tradición de sacrificar a un pato como forma ritual al entrar a la capilla, pero de allí a colgarlos, descabezarlos y rellenar las piñatas, hubo una perversión que ocurrió recientemente, en ese caso específico”.
El factor para que este tipo de prácticas se vayan instaurando en una comunidad es complejo y no todos los miembros de la comunidad están de acuerdo con la violencia.
“Me sorprendió mucho que cuando íbamos a las escuelas a dar las pláticas, los jóvenes nos decían: ‘Qué bueno que ya se acabó, a mí nunca me gustó’”, subrayó.
Pero no había una persona o un grupo de personas que levantara la voz y expresara “esto tiene que parar”.
Agregó que “las personas crecen y conviven con algo que no les gusta pero no se les ocurre que las cosas pueden ser de otra manera”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]