[vc_row][vc_column][vc_column_text]La acumulación de gases en el sumidero de una planta avícola, ubicada en la colonia Cuauhtémoc de Kanasín, propició una repugnante explosión.
Al destapar manualmente la fosa para darle mantenimiento, se levantó una columna de estiércol que alcanzó unos siete metros de altura, entre desechos y aguas negras.
El desperdicio acumulado cayó sobre los empleados que destaparon el sumidero, pero también sobre un grupo de dolientes que estaban en un cementerio contiguo, dando sepultura a un bebé fallecido.
La hedionda explosión ocurrió en una planta procesadora de la empresa avícola KyK (no Crío como inicialmente informó la Policía de Kanasín), ubicada en la calle 11 con 18 de la colonia Cuauhtémoc de Kanasín.
A lado se ubica el cementerio Jardines del Recuerdo, y precisamente a la hora del accidente, 10:30 de la mañana, se realizaba un sepelio.
Los dolientes solo sintieron que les cayó una apestosa “lluvia” que llegó procedente de la planta avícola.
Como pudieron aceleraron las exequias y se retiraron lo más pronto posible porque en el ambiente quedó un olor nauseabundo.
Se averiguó que la falta de un respiradero propició que se acumularan gases, por lo cual sobrevino la explosión cuando los trabajadores abrieron manualmente la fosa para que “respirara”.
En prevención, al lugar acudió un vehículo de bomberos, pero la situación ya estaba controlada, solo flotaba en el aire la pestilencia.
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