[vc_row][vc_column][vc_column_text]Por: Bernardo Caamal Itzá
“¿Aceptas ser parte de este proyecto Rostros Mayas, una forma de reconocer tus aportes como comunicador e investigador de las milpas mayas?”, me preguntó hace unos días el maestro Luis May, reconocido escultor en temas mayas, oriundo de Dzan, cuyas obras se han expuesto en diversos países del mundo.
“Amigo, aunque no tenido la oportunidad de platicar contigo personalmente, pero te he seguido y reconozco esa valentía por informar en nuestra lengua la realidad de nuestro pueblo”, me dijo. “Sé lo difícil que es acompañar a los nuestros en sus diversos problemas, en donde no son escuchados y menos atendidos, por esta labor, han atentado incluso en tu persona. Te han robado tus pocas pertenencias a lo largo de estos años, sin embargo, te levantas y aún mantienes esa postura como comunicador de nuestro pueblo maya”.
“Es una labor titánica hermano, por todos lados vemos injusticias”, continuó. “Hay mucho qué hacer con la gente nuestra. Me consta lo que significa tener estas luchas desde nuestras trincheras, yo como mis obras al plasmar esa expresión de nuestra gente, es una de las formas para levantar el ánimo y con este homenaje, una forma de decirles, no hay que desistir, hay que seguir con esta noble misión que tenemos en la vida”.
“Entre mis obras, quiero que esté tu rostro sukún (hermano)”, agregó. “No tengo todos los recursos para hacerlo, pero lo poco que tenemos en la familia homenajeamos al Arux. Cómo quisiera que este rostro tuyo trascienda, sé que has inspirado a muchos a no claudicar, porque quienes te conocemos sabemos ese compromiso tuyo con nosotros desde hace más de 20 años en los diversos medios de comunicación y de acompañar a la milpa con tus trabajos”.
“No naciste en pañales de seda, desde pequeño sin un padre biológico que te acompañe, pero tu madre y abuelos fue la inspiración para ser lo que eres. Ahora sido nuestro portavoz a nivel internacional, y lo mejor es que instituciones internacionales reconocen tus aportes al mundo”.
“Para muchos tal vez seas un ‘pobre diablo’, pero conoces de cerca nuestra realidad, has trascendido a pesar de las carencias y no dudas en dar la mano, aunque sea con tus humildes equipos para comunicar”, me dijo, “¿Cuántos de nosotros le damos la espalda al problema de los otros? ¿Cuántos tememos dar la cara por nuestros hermanos? A pesar de eso, eres blanco de burla y de humillación sólo por acompañarnos, pero sin duda alguna, es lo mejor compañía en esos momentos en que todos nos dan la espalda. Hermano te has ganado a pulso ese reconocimiento internacional, toda vez tienes el premio en comunicación desde el mundo de las radios comunitarias”.
“Cómo me gustaría que esta escultura no sea solo una, sino sea motor de inspiración para muchos que te conocemos y te seguimos en las redes sociales. Es claro no hay que claudicar, a pesar de los nubarrones que impiden decidir, estás arrugas de tu frente y estas manos callosas que tienes, saben lo que significa labrar en los terrenos de la milpa y de la vida…”.
Estas palabras de Luis que escuché por el teléfono, me hizo recordar de aquella voz cuando me comunicó la mañana del 8 de julio de 1989: “Bernardo Caamal Itzá, felicidades por pasar el examen de la Universidad Autónoma Chapingo, y becario nuestro…”, fueron esas palabras que me hicieron soñar, sé lo que significa este paso importante en la vida sobre todo cuando uno crece en un mundo lleno de carencias y sin lana para estudiar, pero eso, rodeado por el amor de la gente que me quiere, mi familia y mis amigos.
Luis, no solo me hizo recordar estos momentos especiales, sino que me los reitero durante estas sesiones en que va recreando mi rostro en su escultura, él me compartió cómo su madre, motor de su inspiración en el arte de la escultura y me dejó claro, tenemos historias afines, en donde nuestras madres nos inspiran a caminar.
Ahora a unos días que culmine esta obra, dedicada a mi labor y ofrendó al Mayab este gran trabajo de un gran artista y hermano, y luego por esa oportunidad de conocer mi cultura a través de los míos, y estoy sorprendido que me haya elegido y hablar de su labor para la televisión nacional.
Luis, jach kimáakinwóol yóolal la tukul yétele le meyajooba’
Arux
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