[vc_row][vc_column][vc_column_text]Radar Político/Columna
Con marcadas diferencias se realizaron este domingo los procesos internos del PAN y de PRI, partidos que eligieron a sus nuevas dirigencias en Mérida y del comité nacional, respectivamente.
En el caso del blanquiazul, la contienda interna se resolvió en buenos términos, con liderazgos panistas proyectando una imagen de unidad. La ganadora fue Cecilia Patrón Laviada y, hasta donde se tiene conocimiento, no hay impugnaciones de su triunfo.
Por el contrario, en el PRI hay denuncias de irregularidades y las muestras de inconformidad no se han hecho esperar. La ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, una de las contendientes, ha expuesto una serie de anomalías que atribuye a la cúpula que quiere perpetuarse en el tricolor, con prácticas que llevaron a ese partido a su peor derrota en 2018.
Aunque los resultados oficiales se darán a conocer el miércoles, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” ya se declaró ganador.
El proceso interno arroja un PRI divido y con la amenaza de convertirse en un partido satélite, pues por sí solo ya no podría ganar una elección de gran alcance.
En el panismo parecen entender mejor que las divisiones solo llevan a derrotas, como lo constataron los blanquiazules con la dolorosa debacle que tuvieron en 2007, cuando luego de obtener la gubernatura tras varios años de lucha, la perdieron en un sexenio por las pugnas internas para seleccionar a sus candidatos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]