[vc_row][vc_column][vc_column_text]La enseñanza de las matemáticas en México aún presenta grandes rezagos, anomalía que provoca entre los estudiantes, y hasta en los propios maestros, la aversión a esta ciencia, afirmó el especialista del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), David Block Sevilla.
Expresó que los conocimientos matemáticos son necesarios en diversas actividades de la vida diaria, pero la forma en la que se enseña esta disciplina en la escuela no es la más adecuada.
“Esto es grave pues ha provocado que muchas personas la rechacen y traten de evitarla toda su vida”, hecho que se observa en todo el país, por lo que Yucatán no es la excepción.
Mencionó que en la actualidad la forma tradicional de enseñar matemáticas se presenta descontextualizada, y ejemplificó el caso de los procedimientos aritméticos básicos, tal el caso de la suma, resta, multiplicación, y división.
Es decir, se suelen enseñar por separado de los problemas que ayudan a resolver, lo cual conlleva a que los estudiantes aprendan a multiplicar, pero no sepan cuándo hacerlo, acotó el estudioso del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Cinvestav.
Ante este panorama, el especialista en la didáctica de las matemáticas se enfocó a definir estrategias de enseñanza de aspectos específicos. Por ejemplo, en la multiplicación, donde lo primero es identificar los problemas o situaciones que se resuelven con esta operación, como calcular —haciendo sumas repetidas— cuántas galletas hay en tres cajas con cinco galletas cada una.
Estableció que el segundo paso es organizar secuencias de problemas de multiplicación, tal el caso de áreas y volúmenes o problemas de escala, y con ello los alumnos aprenderán más significados de esta operación.
“En este punto, los ejercicios son más complejos, tienen que averiguar cuál es el factor constante en una escala en la que una medida de cuatro centímetros se trasforma en una de siete cm”, subrayó.
Así, dijo, los estudiantes mejoran sus formas de multiplicar, desarrollan procedimientos más eficientes y usan la calculadora cuando es pertinente.
Por lo anterior, se sugiere apostar porque los estudiantes entiendan la función de las distintas operaciones matemáticas.
De esta forma, en el momento en el que se les presenta un problema matemático tienen mayores posibilidades de elegir la más indicada para resolverlo, abundó.
Block Sevilla indicó que ha enfocado parte de su trabajo en estrategias de enseñanza de las matemáticas dirigidas a adultos no alfabetizados.
Agregó que su metodología consiste en hacer un diagnóstico en el que les plantea situaciones de su vida cotidiana y su entorno.
“A partir de sus relatos es posible descifrar cuáles son sus conocimientos matemáticos; y posteriormente con esta información diseñar estrategias educativas y llevarlas al aula”, añadió el entrevistado.
En este sentido, participó en estudios en los que se exploraron los conocimientos de adultos que viven y trabajan en el campo, así como de personas que vinieron a trabajar a la ciudad, algunos de ellos asistían a un centro del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA).
El investigador, junto a otros colegas, ha identificado que estos adultos, quienes a veces no saben leer ni escribir, tienen la capacidad de pensar matemáticamente y desarrollan procedimientos de cálculo mental en la resolución de problemas aritméticos y geométricos relacionados con su día a día.
Tal es el caso de los cálculos que realizan para saber cuántos viajes en autobús pueden hacer con 250 pesos, esto si el costo por viaje es de 12 pesos, o cuánto se debe recibir de cambio si se paga una cuenta de 83 pesos con un billete de 200.
“Enseñar aritmética a estos adultos, que no fueron a la escuela o asistieron un breve periodo, requiere de no dejar de lado sus conocimientos en aras de privilegiar los procedimientos que se enseñan en la escuela, porque estos son diferentes a los que los adultos llevan a cabo y no son necesariamente mejores”, resaltó.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]