[vc_row][vc_column][vc_column_text]En Progreso el problema de la basura es un cuento de nunca acabar. Al parecer, los vecinos del puerto no alcanzan a dimensionar los efectos negativos que genera arrojar desechos a las calles y a los ecosistemas costeros.
Un ejemplo de esto ocurrió el sábado pasado, cuando integrantes de la denominada Policía Ecológica sorprendieron a un ciudadano tirando basura en la zona de mangle y duna.
Incluso las autoridades reconocen que existen esas prácticas que “por muchos años han perjudicado a Progreso, pues la mala costumbre de arrojar basura en la vía pública es de años”.
Las acciones emprendidas recientemente, como la creación de la Policía Ecológica y el endurecimiento de sanciones contra quien ensucie parecen no rendir resultados.
De acuerdo con el artículo 89, fracción VI de la Ley de Gobierno de los Municipios del Estado de Yucatán, es motivo de multa e inclusive arresto las siguientes acciones:
“Arrojar contaminantes o aguas jabonosas a la vía pública, redes de drenaje, depósitos de agua potable, a la ciénega, al mar, a los manglares, tanques, fuentes, pozos, abrevaderos, así como depositar desechos contaminantes en los suelos.”
Las sanciones administrativas podrán consistir, de acuerdo al artículo 95, en amonestación, multa, arresto hasta por 36 horas, trabajo en favor de la comunidad, entre otros.
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