En el puerto de Celestún no hay medias tintas: quien es conflictivo no tiene más opción que cruzar el puente que conecta el puerto con el resto de Yucatán, para salir y no volver más.
Esto fue lo que le sucedió a cuatro personas originarias de Chetumal, Quintana Roo (dos hombre y dos mujeres) que llegaron a trabajar presuntamente en la pesca.
Sin embargo, desde su llegada se dedicaron a causar conflictos y esto no les gustó para nada a los habitantes de Celestún.
La gota que derramó el vaso fue un disturbio que causaron José Francisco M.L., de 18 años; Eduardo M.O., de 25, y las hermanas María y Florinda, de 21 y 36 años, respectivamente.
Los cuatro fueron remitidos a la cárcel municipal, hasta donde se presentaron decenas de vecinos que exigieron su expulsión del puerto.
En aras de la paz pública del citado municipio, la directora de la policía municipal pidió que tras ser liberados una patrulla llevara a los chetumaleños hasta el casa que ocupan, donde tomaron sus pertenencias.
Posteriormente la patrulla enfiló hacia la única salida terrestre de Celestún y se dirigió hacia el vecino municipio de Kinchil, donde fueron liberados.
Se espera que tomen en cuenta la advertencia de los molestos vecinos, y no regresen a causar problemas.